Seguridad para damas. Cuatro recomendaciones

Cada vez con más frecuencia, las damas se están convirtiendo en víctimas del delito. Ya las estadísticas no sólo se limitan a asaltos y arrebatones de carteras o celulares. Ahora, delitos como el secuestro, la violencia de género y hasta el sicariato forman parte de los nuevos riesgos a los que se enfrentan las mujeres. Esto es así porque la inseguridad tiene múltiples caras y se adapta al tipo de objetivo al momento de actuar. Bajo la creencia equivocada que el sexo femenino es débil, el delincuente, en ocasiones, saca provecho de la superioridad física o la intimidación. No cabe duda, que el ascenso de las mujeres a cargos de mayor rango y responsabilidad, la profesionalización y la independencia económica las expone, transformándolas en blanco de agresiones de mayor impacto.
Por otro lado, algunas féminas creen que, por el hecho de ser damas, el delincuente actuará con menos violencia o saña. Lamentablemente, la realidad indica lo contrario, por tanto, se impone un cambio de conducta frente al peligro. Les menciono aquí algunas breves sugerencias que espero puedan resultar de utilidad.
El tamaño de la cartera y lo que lleva dentro: la moda, que todo lo impone, ha convertido a la cartera femenina en un closet. A mayores dimensiones de la cartera, más objetos de valor puede contener y más apetecible se hace para el hampa. Cuide el tamaño de la cartera y, sobre todo, la extensión de las asas para sujetarla. Mientras más cercana pueda tenerla del cuerpo, será más difícil arrebatarla.  De igual manera, revise con frecuencia lo que lleva en ella. Piense en lo que realmente va a necesitar y no en las emergencias que puedan presentarse. Si sale en su vehículo particular, lleve un bolso auxiliar en el maletero donde pueda ubicar piezas o elementos que no son de uso frecuente. Nunca lleve su cartera en el puesto del copiloto. Colóquela debajo del asiento y saque de ella lo que pueda requerir para su trayecto.
Precaución al caminar: si le toca caminar un trayecto, lo recomendable es no hacerlo sola. Hágase acompañar. Si puede, no lleve su cartera, coloque su celular, el dinero y las tarjetas en sus bolsillos. No porte carnets de identificación ni los lleve guindados con una cinta a su cuello. Evite hablar por teléfono o enviar mensajes mientras camina. Si por necesidad debe atender una llamada, hágase a un lado y busque resguardarse. Transite por la acera en sentido opuesto al de los vehículos y no camine pegada al borde de la calle. No fume en la calle, esto la distrae y le inhabilita una de las manos al momento de una emergencia. Tenga conciencia del entorno, fíjese quién la rodea. No se detenga por largo rato frente a vitrinas o quioscos. Por último, planifique su caminata antes de iniciarla, tenga claro el sitio dónde se dirige y focalice su destino, no divague ni luzca descuidada o perdida en la vía. Son esas, precisamente las señales que leen los delincuentes para atacar.
En el vehículo: al manejar, si es posible, trate ir acompañada. Manténgase en el canal de la izquierda la mayor parte del tiempo, la idea es que las motos siempre le pasen por su lado derecho. Al detenerse en un semáforo o en tráfico deje espacio suficiente con el vehículo delantero de manera que pueda salirse del canal en un solo movimiento. Observe todos los espejos y cuide siempre el vehículo que lleva detrás. Utilice vidrios ahumados pero que no sean completamente oscuros, en ocasiones es conveniente que se pueda observar qué ocurre dentro del carro. Lo importante es mantener siempre las ventanas cerradas, de allí que es indispensable que su aire acondicionado funcione y que no fume mientras maneja. Verifique que los seguros de las puertas estén cerrados. No deje objetos como carteras o celulares a la vista. Póngalo todo debajo del asiento del copiloto o en los bolsillos laterales de las puertas. Su vehículo es su primera barrera de protección. No baje las ventanillas para dar colaboraciones a personas de la calle. No se baje de él si le chocan por detrás o le tocan la puerta. En este sentido, es muy importante que no se enganche en discusiones con otros conductores. Es preferible recibir un insulto que un disparo. En horas nocturnas no corte camino o circule por “caminos verdes”, mientras más anchas y circuladas las vías son más seguras. Preocúpese por el mantenimiento de su vehículo esto es parte de la seguridad, hágalo revisar para hacerlo confiable. Si cree que su carro va a fallar o la va a dejar en la vía es preferible no utilizarlo. No ponga gasolina en sitios que no conozca ni en la noche. Utilice el GPS de su celular para que su familia o grupo la acompañe virtualmente mientras se desplaza. Al momento de subir o bajar del vehículo no se distraiga, vaya preparada para salir o entrar en el menor tiempo posible. Al igual que cuando camine, no salga a hacer turismo por la ciudad. Planifique su salida. Pregunte si en el destino tiene un puesto para estacionarse de manera protegida. Si no tiene dónde estacionar es conveniente tomar un taxi.
Cuidar la información personal: así como esta era tecnológica ofrece grandes ventajas, tiene igualmente su lado oscuro que exige nuestra atención permanente.  Los teléfonos celulares, las tarjetas de débito o crédito y las redes sociales son instrumentos que nos trazan donde quiera que vayamos. Tomar fotos de todo y colocarlas en Instagram, chatear libremente revelando información sensible y pagar en un restaurant con la tarjeta de crédito nos expone más de lo necesario si no tenemos cuidado. Haga limpieza y mantenimiento de su celular, no tenga más información de la que necesita para sobrevivir. No lleve consigo demasiadas tarjetas de pago, con una o dos de límites bajos es suficiente. Todo lo que se escribe queda como prueba y puede reenviarse; llame por teléfono o véase en persona si requiere tocar temas delicados. Adicionalmente, observe el entorno dónde conversa.  Las peluquerías, las colas de los supermercados o las puertas de los colegios no son sitios para hablar más de la cuenta. Recuerde que usted es el primer guardián de su información.
Las amenazas de hoy explotan hasta las más pequeñas vulnerabilidades. En la prudencia, discreción, y consciencia del entorno están la mayoría de las claves para que usted salga ilesa de esta realidad.
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