«Una buena falsificación de un pasaporte
puede llegar a costar 3.000 euros»
Antonio Álvarez es miembro del Cuerpo Nacional de Policía – adscrito a la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación en Bilbao – , y experto en la detección de documentos de identidad falsos. Lleva 17 años combatiendo el fraude y ha visto de todo: pasaportes falsificados, tarjetas de residencia y trabajo ‘diseñadas’ por las mafias chinas, permisos de conducir retocados en algún país sudamericano para ser canjeados por uno español… «Este negocio mueve millones de euros», advierte. El agente ofrece hoy una ponencia en el marco de un curso preventivo organizado en Bilbao por el Sindicato Vasco de Policía. Hablará de los ‘papeles’ que se expiden con más frecuencia en España. Falsos, claro.
– ¿Existe una falsificación perfecta?
– No, lo normal es que se detecte a primera vista y, si eso falla, con muy pocos instrumentos.
– ¿Cuál es la mejor falsificación que ha visto jamás?
– La más difícil de detectar es aquella que va sobre un soporte original. Y ha habido unas cuantas.
– ¿Y cómo la descubren? ¿Qué falla en el documento?
– A veces fallan los datos que contiene el propio documento: las fechas, medidas, números… Te das cuenta de que algo no cuadra. Y luego hay algunos puntos clave en los que hay que fijarse.
– ¿Por ejemplo?
– El fondo, la marca que aparece al lado de la filigrana y el tacto. El policía siempre debe tocar y girar el documento para inspeccionarlo.
– ¿Cómo se copia un documento de identidad?
– Lo que se hace es cambiar una hoja o, incluso, la biográfica completa. Las copias parciales son también muy frecuentes. Se sustituyen las fotografías, los nombres, los números, las fechas…
– El Cuerpo Nacional de Policía confiscó más de 18.000 documentos fraudulentos el año pasado. La cifra abruma.
– Se debe a la problemática social que hay en España. Los inmigrantes quieren regularizarse y, de esta forma, conseguir trabajo. Necesitan un documento que les abra las puertas del mercado laboral, así que recurren a las falsificaciones que les permiten darse de alta en la Seguridad Social.
«Los mejores falsificadores son los chinos,
aunque también hay gente muy experta en Taiwán y Pakistán»
– Tarjetas de residencia, pasaportes, permisos de conducir… ¿Qué es lo que más se falsifica?
– Los permisos de residencia y los pasaportes.
– ¿Esta tarjeta es original o falsa? (Se le entrega un permiso de residencia extranjero).
– (Apenas tarda cinco segundos). La tarjeta es buena. Los hologramas y estas dos letras ‘E’ están correctas. Los falsificadores no podrían hacerlo tan bien.
El nerviosismo delata
– ¿Cuánto puede costar una buena copia de un permiso de residencia o un pasaporte?
– Una buena falsificación de un pasaporte, con soporte original, cambio biográfico y la sustitución de la foto, puede llegar a costar unos 3.000 euros. Una tarjeta de residencia se cotiza a partir de los 1.500.
– Para detectar el fraude, ¿en qué se debe fijar un agente?
– Todos los documentos tienen una medida estándar. Los funcionarios conocen los parámetros y, a menudo, con un solo vistazo se dan cuenta de que lo que revisan es falso.
– Situación: paran a un ciudadano y le piden que se identifique. Supongamos que porta una documentación falsa. Si lo sospechan, ¿en qué se fijan primero: en los papeles o en el comportamiento del individuo?
– Se debe mirar el documento, comprobar qué consta en su interior y, por supuesto, a la persona. El nerviosismo suele delatar al infractor y en más de una ocasión la foto no se corresponde con la fisonomía del portador. Aquello de ‘todos los chinos son iguales’ no es cierto.
– La Policía reconoce que la falsificación es el mejor negocio de la delincuencia. ¿Por los pocos riesgos que se corren?
– Así es. Hay anteproyectos de ley a la espera de ser aprobados – para endurecer las penas – , pero hoy en día lo único que se penaliza es traficar con la documentación falsa. Al portador no le pasa nada.
– ¿De dónde provienen los mejores falsificadores?
– De Asia, sobre todo de China, pero también hay gente muy experta en Taiwán y Pakistán. Después están los sudamericanos.
– ¿Qué tal falsifican los españoles?
– Conozco a muy pocos que se dedican a este negocio. Lo llevan los extranjeros.
– ¿Qué pasaportes son difíciles de copiar?
– Los nuevos, los que llevan el chip electrónico incorporado. Los más fáciles son los antiguos, los que tienen la biográfica en la portada o la contraportada.
– El negocio mueve mucho dinero.
– Es difícil cuantificarlo, pero hablamos de millones de euros, de muchísimo dinero.