1. Las medidas de protección deberán estar orientadas a prevenir los accesos no autorizados a las instalaciones. Deben disuadir cualquier intento de acceso no autorizado; también deberán detectar y retardar la presencia de personas planificando o llevando a cabo tales intentos, al mismo tiempo ofrecer un tiempo y capacidad de respuesta adecuado ante los mismos.
2. Será necesario evaluar la instalación tomando en cuenta:
– La importancia del entorno en el cual se encuentra ubicada la instalación,
– Los riesgos y amenazas locales o regionales de las instalaciones y la organización,
– El clima de seguridad nacional.
3. Las medidas de protección por si solas no proporcionarán la protección adecuada; ellas deben ser apoyadas por todo el personal que allí labora siendo conscientes y ejerciendo sus responsabilidades de seguridad.
4. También será necesario clasificar las áreas, materiales, equipos y recursos estableciéndose prioridades conforme aquellas que sean las mas críticas y vulnerables.
5. Los medios de protección empleados no sólo deben ser eficaces, también deben parecerlo, esto persuadirá a los delincuentes; de lo contrario, pueden acarrear severos problemas comprometiendo la seguridad de la instalación.
6. El uso de medidas de protección imprevisibles son un poderoso disuasivo para los delincuentes.
7. Las medidas empleadas no sólo deben prever los escenarios actuales; también deben anticiparse a los escenarios potenciales; si una situación seria se genera en el futuro, será demasiado tarde y su implementación resultará más costosa.
8. Para optimizar los niveles de protección será necesario incorporar el uso de tecnologías, como los sistemas electrónicos de protección que permitan reducir los costos de la fuerza de guardia.
9. La tecnología no necesariamente ahorra fuerza de guardia, pero sí optimiza y potencia sus capacidades actuales.
10. Los materiales y la información crítica deben concentrarse en lo posible, en un solo lugar.
Finalmente, la experiencia nos ha enseñado que ninguna medida puede garantizar la protección contra individuos decididos o grupos organizados que tienen el tiempo y la información necesaria, así como también la disposición a emprender una actividad delictiva contra cualquier organización o persona.
Pero la aplicación de estos principios sin duda nos ayudará a reducir las probabilidades de ocurrencia; y de suceder minimizar su frecuencia, impacto y severidad.