Niños suicidas, la «nueva» amenaza de Daesh

Era un niño de unos doce o trece años, delgado, pelo corto y pasaba por poco el metro y medio. Ataviado con la camiseta del Barça, en un mundo sin Daesh ni otros grupos yihadistas quién iba a sospechar que tenía un cinturón de explosivos bajo la casaca. La web kurda de noticias «Rudaw» difundió la noche del domingo unas imágenes que muestran la barbarie y la estrategia rumiada durante los últimos meses por el autodenominado Estado Islámico: multiplicar donde sea y como sea los atentados suicidas y los coches bomba, como represalia a la pérdida de terreno de su «califato». Combatientes kurdos detuvieron al kamikaze adolescente en Kirkuk (Irak) instantes antes de hacerse explotar, evitando así una nueva tragedia como la vivida el sábado por la noche en una boda en Gaziantep, ciudad turca de mayoría kurda.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló en un primer momento que el autor material del atentado de la boda kurda era un kamikaze adolescenteadoctrinado por el grupo terrorista, sin embargo, este lunes el primer ministro turco, Binali Yildirim, dijo que no se podía confirmar aún. Estado Islámico no ha reivindicado todavía el peor atentado en suelo turco en lo que va de año, con 54 víctimas mortales, más de la mitad niños.

Pese a que por medio de su agencia Amaq reivindicara otras dos explosiones en Kirkuk, Daesh tampoco ha reconocido al niño bomba detenido. «El chico afirmó durante el interrogatorio que había sido secuestrado por hombres enmascarados que le pusieron los explosivos y le enviaron a Kirkuk (Irak) procedente de Mosul días antes», dijeron fuentes de inteligencia kurdas a AP.

Desde que el líder yihadista Abu Bakr al Bagdadi proclamara su «califato» desde su atalaya en la mezquita de Mosul en 2014, varios reportajes e informes han denunciado los campos de entrenamiento para «cachorros del califato», donde se les instruye sobre cómo matar al enemigo, señala Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España. En las ciudades liberadas en Irak y Siria, se han encontrado incluso libros de texto donde se les enseña a decapitar y los problemas de «mates» suman kalashnikovs. En Raqa y Mosul, últimos bastiones de Daesh en Irak y Siria, los niños aprenderían a disparar con un rifle a los «infieles» en nombre de Alá.

«Es una nueva y preocupante táctica de los yihadistas fuera de su territorio de operaciones. Pero si le digo la verdad, no me sorprende», comenta a ABCRaffaello Pantucci, director del Real Instituto de Seguridad Internacional. No le sorprende, dice, porque han recurrido a esta práctica otros grupos terroristas. «Boko Haram (juró lealtad a ISIS en 2015), en Nigeria y Camerún, ha utilizado a niñas en atentados suicidas’», agrega Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, quien devuelve el testigo a Pantucci al hablar de un tercer colectivo. «Los talibanes solían hacerlo también, y vale la pena recordar que el más joven de los terroristas de Londres de 2005 (Al Qaida), Hasib Hussain, sólo tenía 19 años cuando se quitó la vida», apunta.

 

Más de 30.000 mujeres embarazadas están en las regiones controladas por Daesh, según un informe de abril del Centro de Estudios Quilliam Foundation. El secuestro sistemático de mujeres y la captación de jóvenes de Europa se antoja fundamental para el autodenominado Estado Islámico en su obsesión por aumentar «su mano de obra». En apenas 18 meses,su territorio ha disminuido, en parte gracias a la efectividad de las fuerzas kurdas, unos 25.000 kilómetros cuadrados, según el monitoreo del instituto de seguridad IHS. Al tiempo, la agencia afín a Daesh, Amaq, ha reivindicado 589 atentados en Irak, Siria y Libia durante los primeros 6 meses de 2016: cerca de 100 al mes. «Para los grupos terroristas como Daesh, sobrevivir es más importante que alcanzar sus objetivos», opinaba hace días un columnista de «The Washington Post».

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[Rita Katz (directora de Site, portal de seguimiento yihadista): «Los niños terroristas suicidas, más que una tendencia, son una de las tácticas principales de Daesh»]

Estos «nuevos niños soldados» son útiles, explica Pantucci, porque normalmente combaten con más fiereza y compromiso que otros yihadistas de más edad. «No siempre saben qué es lo que están realmente haciendo y su apariencia juvenil los hace objetivos menos evidentes para los servicios de seguridad». El investigador del Instituto de Washington para Política en Oriente Próximo Jacob Olidort aseguraba en su último informe que los niños son mucho más baratos en comparación con los adultos: consumen menos alimentos y no necesitan cobrar tanto como los mayores, mientras que la inmadurez de los jóvenes reclutas es beneficioso para la selección de personal.

El principal caldo de cultivo está entre los que no van a la escuela

«En la escuela está el principal caldo de cultivo», advierte David del Campo, director de Cooperación Internacional en Save the Children en España. Y no lo dice porque los niños terroristas la frecuenten, sino por todo lo contrario. Lamenta que en países como Siria los colegios sean «objetivos de guerra», algo que posibilita que la tasa de escolarización sea muy baja —en las ciudades sitiadas como Alepo sólo del 6%, dice el especialista—, mientras que la incultura y las posibilidades de ser engañado, muy altas: «No convences a un chaval que va a la escuela de que se ponga 20 kilos de explosivo en la espalda y se haga estallar».

Hasta llegar a ese punto, miles de chicos secuestrados por Daesh en Siria y en Irak sufren el más perverso lavado de cerebro posible de los yihadistas, con técnicas que recuerdan a las utilizadas por los nazis. Muchos investigadores se preocupan ahora por el día después. «Veo posible su rehabilitación porque estos menores han absorbido estas ideas desde muy jóvenes. Lo problemático será el tratamiento para sus traumas por lo que han visto y hecho, como ha ocurrido con los niños soldados en África», asevera Pantucci. Aunque a más distancia del «califato» y de sus «campos de entrenamiento», no es descartable que atentados como el del domingo en Turquía se reprodujeran en Alemania, Francia o España. Puede pasar, al menos así lo estima Del Campo: «Los terroristas nos han demostrado queson capaces de hacer cualquier cosa en cualquier lugar»

El caso Choudary

La pasada semana la justicia británica condenó a diez años por colaborar con Daesh al mediático imán radical Amjen Choudari, a quien se le atribuye la radicalización de decenas, sino cientos, de jóvenes en Reino Unido. Sin empuñar un arma pero incitando a colaborar con el autoproclamado Estado Islámico, Choudary fundó movimientos como Al Muhajiroun ya prohibidos por su proselitismo radical y apoyó a otras organizaciones por europa comoSharia4Belgium, «cuna» de las células que atentaron en París y Bruselas. Este clérigo radical se ha mantenido fuera de la cárcel hasta la semana pasada, atento hasta el auge de ISIS de no rebasar el límite de la legalidad ni tener vínculos directos con atacantes.

«A través de comentarios incendiarios por las redes sociales y también en conferencias, este hombre ha sido capaz de establecer una infraestructura de odio que, por desgracia, va a durar más que él», expresan desde la asociación británica FATE, que dan apoyo a las familias con hijos radicalizados por la yihad. «Daesh será pronto derrotado militarmente, pero su ideología está más fuerte que nunca. Más jóvenes con problemas seguirán siendo vulnerables a la propaganda yihadista y no tendrán que ir a Siria e Irak para radicalizarse. Por ello, tenemos que estar con ellos».

Fuente: abc.es