La seguridad en siete claves

Una de las dificultades que afrontamos los responsables de la seguridad es explicar en pocas palabras el objetivo de nuestro trabajo. El ámbito de la seguridad ha crecido tanto en la última década, que hasta aquellos que nos movemos en el medio, en ocasiones, nos vemos perdidos en esta complejidad. Me he propuesto describir en pocas líneas los siete aspectos que considero claves para aclararnos un poco el panorama.

En primer lugar, es necesario tener presente que la utilidad de una empresa se mide restando los ingresos de los egresos (U =I-E). Para efectos del balance, tanto importa vender más como ahorrar más. Es allí donde la seguridad tiene un gran valor, porque todo lo que no se pierde se ahorra.

El segundo aspecto clave establece que la seguridad es una herramienta para entender el entorno. Las empresas no son entes aislados de su realidad, al contrario, están activamente inmersas en ella y son capaces de modificarla. Es misión de la seguridad, estar en el aquí y en el ahora. Aquí encaja perfectamente la máxima: quién no está en la realidad está fuera de ella y a merced de ella. Ya el concepto de seguridad blindada no es vigente, resulta más inteligente explorar el entorno y estudiar las amenazas que en algún momento pueden actuar, antes que aislarse tras supuestas barreras de protección.

El tercer elemento tiene que ver con hacer el oficio dedicado y rutinario para alcanzar los objetivos. En la seguridad el trabajo de hormiga se relaciona con la permanente identificación y corrección de vulnerabilidades. Todos los  días se dañan equipos, se deteriora la infraestructura, se nos olvidan los procedimientos o ingresa personal nuevo. Toda actividad en la organización, por muy pequeña que sea,  puede ser una brecha que abre la puerta a los riesgos o más bien una excelente oportunidad para revisar y ajustar procesos que van a redundar en más y mejor seguridad. Depende de la preparación y disposición del equipo para hacer su trabajo.   

La cuarta posición se vincula con la seguridad como instrumento de mitigación de riesgos en la organización.  El recurso humano y los bienes patrimoniales de una empresa son sus activos más valiosos, por tanto requieren ser cuidados con dedicación. Una excelente manera de hacerlo es identificar los riesgos a los que se expone la organización y a partir de allí, diseñar iniciativas para mitigarlos o gerenciarlos. Desde un ángulo estratégico la seguridad es el mejor sistema para gestionar de manera proactiva y eficiente los riesgos de un negocio.

En quinto lugar se ubica una misión clave y determinante en el mejoramiento continuo de los procesos de seguridad, y que he acordado en llamar la capitalización del fracaso. A pesar de todas las acciones preventivas y de protección, es inevitable que algunos riesgos se materialicen, generando pérdidas para la empresa. La seguridad está obligada a estudiar en detalle las causas, consecuencias e implicaciones de toda pérdida con el propósito de alimentar su conocimiento y fortalecer los flancos débiles que condujeron al fracaso. En seguridad los errores son muy costosos, por lo que aprender de ellos es una excelente manera de evitar que vuelvan a ocurrir.

El sexto punto de la seguridad lo he definido como anticiparse a las crisis. Una de las ventajas de la seguridad basada en riesgos es que produce escenarios probables en los cuales pueden materializarse pérdidas para la organización. En este aspecto, la seguridad tiene un peso específico muy importante, porque de ella depende el diseño, implantación, mantenimiento y actualización de los planes de continuidad operativa y manejo de contingencias.  Si bien, es responsabilidad de toda la organización involucrarse activamente en los modelos de anticipación de crisis, la gerencia de seguridad debe llevar proactivamente  todo el proceso.  En este sentido, cabe la conocida frase sobre gestión de riesgos; no se trata de predecir el futuro es prepararse para cuando llegue.

El séptimo y no por último, menos importante es la formación de cultura previsiva y resiliente en la organización. Toda iniciativa de seguridad debe integrar la construcción de cultura frente al riesgo. Se trata de la creación progresiva de consciencia de previsión en la empresa. Es casi como insertar en la mente de cada quién la capacidad de calcular las consecuencias de sus acciones y calibrar el nivel de exposición a riesgos detrás de cada decisión tomada. De la misma forma, el fortalecimiento de la cultura de seguridad implica la mejora en los índices de recuperación frente a pérdidas, es esa virtud de rebotar inteligentemente de los fracasos y que se denomina resiliencia.

Construir organizaciones seguras no significa hacerlas invulnerables. Se trata más bien de pensarlas como en su momento lo hizo Alan Watts, filósofo y teólogo británico de principios del siglo XX, cuando escribió en su libro “La Sabiduría de la Inseguridad” que “para comprender la seguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo.” Es esta quizás la forma más sencilla de entender una verdad que nuestra civilización de la tecnología y la razón se esfuerza por complicar.

@seguritips