El narcotráfico, lavado de dinero, tráfico de personas y de armas, así como la violencia ejercida por las pandillas no reconoce fronteras. Por esto las fuerzas armadas de Centroamérica han trazado una línea estratégica conjunta para frenar a las organizaciones delictivas.
Este es un esfuerzo permanente liderado por la Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas. Cada año, representantes de las fuerzas armadas de la región coinciden en el Centro Regional de Adiestramiento Contra el Crimen Organizado Trasnacional (CRACCT) de El Salvador. Su finalidad es unificar criterios y compartir sus experiencias más exitosas.
Del 19 al 30 de septiembre, los oficiales de los ejércitos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, participaron en la 6.ª edición del Seminario Regional Contra el Crimen Trasnacional.
“Las estructuras criminales cambian sus maneras de accionar debido a la globalización. Por eso es importante mantener una estrategia constante de transferencia de información y experiencias. Esto nos permite elevar el nivel de efectividad en la lucha contra los delitos”, dijo el Coronel de Artillería DEM Rafael Antonio Díaz, Comandante del CRACCT.
El seminario fue desarrollado por el Comando de Fuerzas Especiales, la Fuerza Aérea y la Fuerza Naval de El Salvador. Pero también fueron presentadas las experiencias de campo del Grupo Conjunto Cuscatlán; el Centro Antipandillas Trasnacional y los grupos élite de la Policía Nacional Civil salvadoreña, como la División Antinarcóticos, la División Élite contra el Crimen Organizado y la Unidad Especial Antipandillas.
En las jornadas teóricas los grupos élite de combate salvadoreños expusieron los nuevos modos de operación de las pandillas, de los grupos de narcotráfico y del tráfico ilícito. Detallaron las subestructuras de estos grupos delincuenciales, así como los mecanismos de acción que en conjunto los convierten en organizaciones del crimen organizado.
“Las experiencias exitosas ganadas por todos los países son la llave para apretar la tuerca que frena el paso de estas organizaciones”, según el Coronel de Transmisiones DEM Daniel Serrano, sub jefe del Estado Mayor General del Ejército de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES).
“Las pandillas y el narcotráfico son flagelos comunes en nuestros países, pero cada uno tiene particularidades especiales. Además”, afirmó el Cnel. Serrano. “Compartir estas experiencias nos permite reducir las posibilidades de su multiplicación. Son amenazas sin fronteras y debemos abordarlas como tal”.
En las jornadas prácticas llevaron a cabo dinámicas especiales para conjuntar los procedimientos relacionados al registro, incautación y custodia de evidencias. Los oficiales además dieron a conocer nuevas formas de intercepción marítima y área, así como canales más libres para la cooperación interagencial.
Una región sin fronteras
Estos ejercicios de aprendizaje e intercambio de experiencias también fue clave para consolidar y combinar procedimientos fronterizos, porque las fronteras no existen para estos criminales.
“El Salvador lucha frontalmente contra las estructuras de pandillas. Por eso hay migración hacia municipios rurales de Guatemala”, dijo el Teniente Bladimir Álvarez, representante de las Fuerzas Armadas de Guatemala. “Nuestra misión inmediata es fortalecer las fronteras para impedir que evadan la justicia”.
Otro fenómeno relacionado es que las migraciones obedecen también a la búsqueda de espacios más seguros para adiestrarse en el uso de armamento de guerra.
“En Honduras hemos identificado que pandilleros de El Salvador vienen para dar adiestramiento. Lo mismo ocurre con pandilleros salvadoreños que viajan hacia Nicaragua”, añadió el Teniente de Navío Denis Meléndez, de las Fuerzas Armadas de Honduras. “Identificar de forma conjunta estos movimientos nos permite diseñar estrategias más efectivas para capturarlos”.
El CRACCT elaborará una lista de recomendaciones de aplicación común inmediata. Mientras, se avanza en la homologación de otras listas que requieren de más tiempo por su complejidad. El centro ya ha capacitado sobre estos temas a 300 oficiales. Estos encuentros son muy valiosos para intercambiar tácticas y fortalecer el esfuerzo conjunto en el combate a las amenazas emergentes.
Para la FAES, la eficacia para implementar estos nuevos conocimientos descansa en el liderazgo de los oficiales al momento de conducir a sus tropas. De esa forma se multiplican los contenidos y las prácticas realizadas durante este nuevo ejercicio regional.
Fuente: dialogo-americas.com