Es indudable que los indicadores de seguridad en las principales ciudades de Venezuela, reflejan cifras alarmantes, ante las cuales los ciudadanos no pueden permanecer indiferentes. Dejar en manos de las instituciones de seguridad del Estado la protección de los habitantes pareciera ser la respuesta lógica al problema, pero lamentablemente los resultados indican que no es suficiente. Definitivamente vivir en Venezuela implica pagar el costo de desarrollar, implementar y mantener hábitos de prevención que los habitantes de otros países ven como innecesarios considerando sus realidades. Cuando se analizan las cifras de delitos violentos se detecta con facilidad que son las ciudades más importantes del país las más afectadas. Es así que urbes como Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Puerto La Cruz, Ciudad Bolívar, Maturín y San Cristóbal, mes a mes presentan casos que van creciendo en número. Muchas de las víctimas del delito son ciudadanos comunes que son atacados en sus hogares, centros de trabajo y estudio, o en sus trayectos entre ellos. Por tanto, se hace necesario considerar algunas sencillas medidas preventivas de seguridad que pueden ser implementadas por todos.
Comunicación permanente
Prácticamente es un hecho que no se justifica salvo contadas excepciones, la imposibilidad de comunicarse. Aun con algunas dificultades en cuanto a calidad de servicio y disponibilidad de equipos, existen alternativas al alcance de la mayoría. Cuando usted se mantiene informado de la ubicación de sus seres queridos, puede detectar y actuar a tiempo ante cualquier situación de emergencia.
Responsabilidad compartida
Una regla que se cumple en todos los casos, es que el delincuente va a atacar al eslabón más débil de la cadena. De allí que todos los miembros del grupo familiar deben estar plenamente conscientes de la necesidad de consumar los acuerdos en lo que a prevención se requiere. Cuando alguien decide relajar el cumplimiento de sus responsabilidades, no sólo se expone a sí mismo sino a todo el grupo.
Perfiles que brillan
Los tiempos de ostentar pertenencias de valor hace mucho tiempo que pasaron. Con la devaluación de la moneda es mucho más atractivo para el delincuente apropiarse de vehículos, equipos, joyas y objetos diversos antes que llenarse de un voluminoso efectivo. Demostrar su solidez económica o peor aún aparentar la que en realidad no posee, es como recorrer las calles con un aviso de neón sobre su cabeza ofreciéndose para ser víctima.
Escuchar y… escuchar
Alguien mencionó que cuando usted habla repite lo que ya sabe, pero cuando escucha tiene amplias posibilidades de aprender algo nuevo. Numerosos líderes de seguridad en las organizaciones me manifiestan que “no son profetas en su tierra”. Es decir, sus recomendaciones no son consideradas o en el mejor de los casos subestimadas. Si bien es cierto que abordar este tema pasa por considerar habilidades de comunicación, no es menos que sólo cuando sucede un evento que nos afecta, buscamos quien pueda ayudarnos. Esa cultura reactiva o de estar “apagando incendios” no sólo es probadamente más costosa, sino que impacta el clima de las organizaciones. Si usted dispone de un recurso humano cuya responsabilidad es su seguridad y protección, escúchelo. Caso contrario, si se trata de confianza y capacidades, tome decisiones antes que hacerlo sea muy doloroso.
La seguridad no es gratis
En Venezuela están ocho de las cincuenta ciudades más violentas del mundo. Así que, de usted no considerar seriamente la seguridad como una necesaria inversión, es sólo cuestión de tiempo para que el delito le toque la puerta de su casa, comercio o industria. Esa inversión debe considerar cuatro aspectos fundamentales: recurso humano, tecnología, normas y procedimientos e infraestructura. Una inversión inteligente va acompañada de un previo análisis de los riesgos, vulnerabilidades y amenazas particulares de su realidad y entorno. Debe existir un equilibrio entre inversión y bienes a proteger, por tanto, desconfíe de las ofertas tipo “caja feliz adaptable para todo tipo de casos”.
Información que abre puertas
Con la información adecuada, un delincuente tiene lo suficiente para atacarlo, por lo que no es casual que dediquen los recursos necesarios para saber de usted. Evalúe las fuentes de información que maneja, los protocolos y barreras de seguridad que actualmente posee. No improvise ni dé por sentado que todo está hecho, ya que siempre puede mejorar sus niveles de protección.
Los casos de éxito indican que el primer responsable de su seguridad debe ser usted mismo y que en tiempos de crisis, las consideraciones individuales y de grupo no sirven de nada al estar ausentes el compromiso y la acción.
@alfredoyuncoza