Sus playas están entre las más bellas del mundo. Cada año más de 6 millones de personas lo visitan y es el principal destino turístico de México.
Pero desde hace unos meses en Cancún, en el sureste de México, se libra una nueva guerra entre carteles de narcotráfico y bandas locales para controlar el tráfico de drogas en la región.
Es una batalla que se hizo evidente en los últimos días. Este martes un grupo armado atacó las oficinas de la Fiscalía General y provocó una jornada de pánico en el balneario.
En la madrugada del lunes en Playa del Carmen, a 70 kilómetros de Cancún, un tiroteo en un bar provocó la muerte a 5 personas y heridas a otras 15.
Según el gobierno del estado de Quintana Roo los dos ataques están vinculados.
Y de acuerdo con analistas, es parte de una batalla por una de las zonas de narcotráfico más importantes del país.
«Se nota la disputa de un mercado de drogas que cada vez es más boyante en Cancún», le dice a BBC Mundo el especialista Ricardo Ravelo, autor de varios libros sobre carteles.
De hecho, la Encuesta Nacional de Adicciones de 2016 señala que en este balneario y en Playa del Carmen el consumo marihuana y cocaína es mayor al promedio nacional.
Y el gubernamental Centro de Integración Juvenil de Quintana Roo (que combate adicciones) señala que el 17,8% de los trabajadores del sector turístico toman algún tipo de estupefaciente.
«Narcomenudeo»
Los grupos con presencia en Cancún y el resto de la Riviera Maya, la franja costera de Quintana Roo, son los carteles de Sinaloa, Zetas, del Golfo y Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De éstos quienes han perdido fuerza son Los Zetas, coinciden especialistas, aunque todavía conservan varios grupos operativos en la zona turística.
Entre 2010 y 2014 la organización mantuvo el control de la región, pero lo perdió tras una batalla con sus exaliados, el grupo de El Golfo.
Pero es una parte de la historia.
En distintos momentos las organizaciones han sufrido divisiones que a su vez formaron sus propias bandas o se aliaron con grupos locales.
A éstos se les conoce como «los combos», sicarios que no trabajan con una sola agrupación, explica el investigador Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Varios de ellos participaron en los ataques de estos días que, según el Fiscal General Miguel Ángel Pech Cen, son parte de una batalla por la venta de drogas en calles y bares, conocido como «narcomenudeo».
«Los sicarios ven débil al grupo que los contrató, y ellos se dan cuenta que tienen presencia local«, dice Barrón a BBC Mundo.
«Se sienten fuertes y tratan de disputar los mercados a otros grupos. Eso provoca la violencia que hemos tenido».
Un ejemplo de estas nuevas agrupaciones es un personaje conocido como Doña Lety, quien según el investigador y medios locales encabeza uno de los principales grupos de traficantes menores de droga.
La mujer formó parte de la Policía Federal.
La ruta del caribe
Pero el problema de Cancún y de Quintana Roo en general es mayor a la violencia en las calles.
Desde los años 90 la región es una de las principales puertas de entrada de drogas enviadas desde Sudamérica, las cuales eran arrojadas desde avionetas hacia el mar.
Este método se le conocía como «bombardeo» y fue muy común en esos años.
Desde entonces a la Riviera Maya se la conocía como La ruta del Caribe, recuerda el especialista Ravelo.
«Cancún siempre ha sido una región socorrida para la delincuencia organizada», explica.
«Años atrás la explotó el Cartel de Juárez y hoy la disputan Zetas, Sinaloa y El Golfo asociados con grupos internacionales, rusos, chinos y sudamericanos».
Maxiproceso
Desde los años 90 la organización de Juárez estableció vínculos con empresarios mexicanos y extranjeros, que invirtieron el dinero del cartel en la construcción de grandes complejos hoteleros.
Esta red de lavado de dinero fue descubierta en una investigación de la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR), y la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA.
El caso, conocido como El Maxiproceso, fue una de las pesquisas más grandes de la historia de México.
Como parte de la investigación fue detenido el exgobernador Mario Villanueva, acusado de lavado de dinero y narcotráfico.
Pero esta clase de asociaciones de carteles e inversionistas aún se mantiene, incluso entre los grupos pequeños que ahora están en guerra explica Ravelo.
«Detrás de estas nuevas células hay una plataforma política que le da soporte, apoyo y protección«, afirma.
«Hay alcaldes, regidores, síndicos y ya no hablemos de policías. Protegen a los grupos criminales».
El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, dijo que la violencia en Cancún y Playa del Carmen es una respuesta a su estrategia contra la corrupción del gobierno anterior.
«Los delincuentes estaban acostumbrados a que sus fechorías no sólo no tenían castigo, sino que eran toleradas», aseguró.
Fuente: bbc.com