Si bien las luces de la ciudad de Nueva York o el suministro de agua en la Ciudad de México no han cesado inesperadamente a causa de un ciberataque, no quiere decir que no sea posible; para Paul Hooper, CEO de la firma de seguridad informática Gigamon, este tipo de escenarios son inminentes y podrían desatar enfrentamientos globales.
La adopción de gadgets e infraestructura conectada alrededor del mundo ha facilitado el camino para que grupos de ciberdelincuentes, independientes o pagados por gobiernos o ciertos grupos, vulneren a otros países desde el ambiente digital. Organizaciones como Ponemon Institute, Norton, Kaspersky, entre otras, advierten que este tipo de ataques es uno de los más riesgosos y en crecimiento en los últimos años.
“Los ataques patrocinados por gobiernos son para mí, el siguiente campo de batalla. Esto es realmente lo que va a impactar a naciones, las finanzas; este es el paisaje de lo que será la tercera guerra mundial. No me gusta ser fatalista, pero estoy seguro que ésta será la nueva forma en la que se enfrentarán las naciones”, estimó Hooper en entrevista con Expansión.
Para el CEO de 53 años, este riesgo, trae consigo la necesidad de sentar bases internacionales legales en el manejo de ciberataques y planes de respuesta ante ellos; sin embargo, Hopper describió a estos hackeos como una “bestia viviente” a la cual no es posible atacar lentamente.
Como un ejemplo, Hopper, criticó la lentitud con la que avanzan agendas nacionales, como el Plan Nacional de Ciberseguridad de México, diseñado en 2015 y que se planea ser ejecutado en 2018.
“El ciberterrorismo no es un amenaza estática. El plan de México puede ejecutarse muy bien en 2018, pero en esa ventana de tiempo el ciberterrorismo se movió mucho más hacia adelante y la amenaza para la que te habías preparado y para la que legislaste ya cambió. Lo que se tiene que lograr es que la forma en la que se combate el cibercrimen se convierta en un vehículo viviente”, sugirió.
A pesar del paso lento con el que se mueven las iniciativas en torno a la ciberseguridad en México, como la falta de un marco legal en el tema o una agenda digital que lo aborde, Hopper dijo que en comparación con otros países de la región, México, comienza a moverse más a prisa, al igual que Brasil y Argentina, dada la necesidad que tienen estas naciones de alinearse con naciones más desarrolladas para hacer negocios.
Sectores como el financiero, comercio en tiendas minoristas y servicios, son los que llevan la delantera en adopción de tecnologías para combatir el cibercrimen aunque las pequeñas y medianas empresas (pymes), la gran mayoría de las firmas en el país, son las que actualmente preocupan.
“La necesidad de homologarse con el entorno internacional es lo que está haciendo avanzar a México en este sentido, aunque tenemos mucho que hacer en el rango medio y pequeño de las empresas, en este sector estamos muy expuestos”, dijo.
El ejecutivo agregó que cada vez más empresas deben tomar la postura de invertir en ciberseguridad como parte de la estrategia de negocios y como una acción preventiva y no reactiva. Actualmente, el promedio de tiempo que tardan las empresas en darse cuenta que han sido infiltradas rebasa los 180 días, según información de Ponemon Institute.
Ante esto, sugirió también colaborar en el trabajo cooperativo en la industria de seguridad, pues ya no basta con una sola herramienta para mitigar el riesgo.
“Juntos como industria creemos que podemos ayudar a la defensa, no se puede solo con una herramienta y una solución”, dijo.
Fuente: expansion.mx