Los primeros auxilios son aquellos cuidados apropiados e inmediatos que se aplican a víctimas de accidentes o con enfermedades repentinas antes de que sean atendidos en un centro asistencial. Su propósito es conservar la vida, evitar mayores complicaciones, ayudar en la recuperación de la persona y asegurar su traslado a un centro de salud.
Las pautas generales para prestar primeros auxilios son:
1) Actuar si hay seguridad respecto a lo que se va a hacer; la buena voluntad no es suficiente para ayudar, ya que las técnicas a aplicar son diferentes de acuerdo el caso y las necesidades de la víctima. Es necesario saber qué hacer y qué no.
2) Evitar el pánico y conservar la serenidad para poder actuar con rapidez y eficacia.
3) No alejarse de la víctima. Si usted se encuentra solo solicite la ayuda necesaria, llame y pida asistencia.
4) Efectuar una revisión general de la víctima para detectar lesiones que pueda no haber visto en un primer momento.
5) Proteger a la víctima y al resto de las personas del foco que origina la emergencia. Evitar tomar contacto con sangre, secreciones, fluidos biológicos y materiales contaminantes o desconocidos.
6) Poner en práctica aquellas medidas de auxilio imprescindibles, entre ellas la de reanimación cardiopulmonar básica (RCP), para mantener con vida a la víctima hasta que llegue el personal entrenado que se hará cargo de la situación.
7) Contar con un botiquín básico de primeros auxilios.
8) Impedir más lesiones de las ya ocasionadas.
9) Aliviar el dolor.
10) Ayudar o facilitar la recuperación del lesionado.