El gobierno colombiano indultó a 23 guerrilleros de las FARC, en lo que calificó como un gesto de conciliación.
Los 23 rebeldes se encontraban acusados de rebelión.
El ministro del Interior colombiano, Sabas Pretelt, dijo en rueda de prensa que los guerrilleros «se separan de cualquier posibilidad de seguir en la lucha armada» y que espera «su reincorporación a la vida civil».
Por su parte, el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, afirmó: «El gobierno ha dado este paso de paz de conceder los indultos pensando en los secuestrados, lo hacemos pensando en las familias de los secuestrados».
«Este es un gesto de conciliación que también busca ofrecerla una nueva oportunidad a las personas que se benefician del indulto», agregó.
Gesto unilateral
En declaraciones publicadas por los medios de comunicación colombianos, algunos familiares de secuestrados por las FARC expresaron su satisfacción por el indulto.
Uribe dijo que no significaba que se estuviera «ablandando».
Fabiola Perdomo, esposa de un político retenido, dijo: «Es una señal positiva que muestra que el gobierno tiene voluntad política de hacer un acuerdo humanitario. Esperamos que las FARC también tomen la iniciativa de realizar gestos unilaterales».
El secretario general en funciones de la OEA, Luigi Einaudi, también alabó la decisión del presidente Álvaro Uribe Vélez.
«La Organización de Estados Americanos cree que esta medida representa un paso positivo y espera que pueda dar lugar a la liberación de todos los que han sido secuestrados por los diversos grupos que se han armado ilegalmente en el país», dijo el diplomático estadounidense.
En agosto, las FARC rechazaron una oferta del gobierno de canjear un limitado número de guerrilleros por secuestrados.
Los rebeldes dijeron que el ofrecimiento carecía «de realismo y seriedad».
Las FARC insisten en que el gobierno debe desmilitarizar dos municipios del departamento de Caquetá como condición para negociar la liberación de algunos de los rehenes, algo que Uribe Vélez ha rechazado.