Las instituciones policiales de Estados Unidos y El Salvador acordaron cooperar en el combate a las pandillas juveniles o maras.
El acuerdo fue logrado durante la Primera Conferencia Internacional sobre el Combate a las Pandillas en El Salvador, que concluyó en la capital salvadoreña.
En el encuentro de tres días participaron delegados de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de EE.UU. y de instituciones policiales centroamericanas.
El presidente salvadoreño, Elías Antonio Saca, prometió un combate frontal a las pandillas y no descartó que estos grupos estén vinculados al terrorismo.
«Las pandillas están relacionadas al crimen organizado, al sicariato, y no me extrañaría y no puedo descartar que estén relacionadas al terrorismo internacional», afirmó el mandatario.
Mano dura
Saca informó que desde que asumió la presidencia en junio pasado, el gobierno ha arrestado a más de 5.000 pandilleros a través de su programa «Supermano Dura».
Si ellos están bien organizados, casi globalizados y se comunican a través de internet, a través de diferentes métodos tecnológicos, si ellos se comunican desde cualquier país, ¿por qué no nosotros, que somos las agencias encargadas de llevar la tranquilidad y seguridad a la ciudadanía honrada?
Wilfredo Abelenda, jefe del programa Supermano Dura
El jefe del programa, Wilfredo Abelenda, dijo al programa Enfoque de la BBC, que la cooperación internacional es esencial para combatir el fenómeno de las maras.
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«Si ellos están bien organizados, casi globalizados y se comunican a través de internet, a través de diferentes métodos tecnológicos, si ellos se comunican desde cualquier país, ¿por qué no nosotros, que somos las agencias encargadas de llevar la tranquilidad y seguridad a la ciudadanía honrada?».
Sin embargo, Abelenda aseguró a Enfoque que los operativos se hacen cada vez más complicados.
«Tradicionalmente se tatúan y estampan en su cuerpo signos o símbolos que los identifican. Pero a raíz del plan Supermano Dura ellos dieron instrucciones a los nuevos miembros de que ya no deben tatuarse».
«Esto hace un poco más difícil nuestro trabajo porque tenemos que profundizar nuestras investigaciones para deducir la responsabilidad y la participación de cada uno de ellos», concluyó Abelenda.
Mara Salvatrucha
Tan sólo en El Salvador operan unos 10.500 pandilleros organizados en más de 300 grupos a nivel nacional, según datos oficiales.
El gobierno salvadoreño asegura que hay más de 10.000 pandilleros en el país.
Entre las pandillas mejor organizadas se encuentra la llamada Mara Salvatrucha o MS13, la cual tiene sus orígenes en el sur de California.
La Mara Salvatrucha está constituida principalmente por centroamericanos que fueron deportados a países como Honduras y El Salvador desde los Estados Unidos.
«Cuando yo estuve en el movimiento de las pandillas me pegaron un balazo en la espalda y estuve en estado de coma por cuatro días en el hospital general de Los Ángeles. Y cuando estuve en El Salvador me arrestaron porque cometí un homicidio», señaló un ex miembro de la Mara Salvatrucha en un testimonio recogido por el programa Enfoque.
Vea también: arrestan al líder de la Mara Salvatrucha en Honduras
Exclusión social
El gobierno salvadoreño también impulsa los programas «Mano Amiga» y «Mano Extendida» para la rehabilitación de pandilleros y la prevención de la violencia juvenil.
Cuando yo estuve en el movimiento de las pandillas me pegaron un balazo en la espalda y estuve en estado de coma por cuatro días en el hosipital general de Los Ángeles. Y cuando estuve en El Salvador me arrestaron porque cometí un homicidio
Ex integrante de la Mara Salvatrucha
El presidente Saca aseguró que su gobierno toma en cuenta las causas de la delincuencia en su país, entre las que mencionó la desintegración familiar, la exclusión social y la marginalidad.
También se refirió a la transculturación, la deserción escolar y los efectos de la posguerra «que dieron como resultado el surgimiento de las pandillas o maras, un tema complejo que debe ser atacado en sus múltiples facetas».
La guerra civil en El Salvador, entre 1980 y 1992, dejó según estimaciones más de 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y miles de desplazados y lisiados.
El número de asesinatos en El Salvador aumentó en lo que va del año a nueve al día, de acuerdo a informes de la Policía Nacional Civil citados por la agencia EFE. (El promedio para 2004 era de siete al día).