Chávez y la guerra asimétrica

ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
El 1° de julio del año 2004 el comandante del Ejército, general Raúl Baduel, pronunció un discurso en el cual pidió a sus pares y subalternos «interpretar las nuevas estrategias y tecnologías de la posguerra fría y las amenazas que se ciernen sobre nuestro país» (actos conmemorativos del 183 aniversario de la Batalla de Carabobo).
Baduel definió cuatro amenazas: a) una Guerra de Cuarta Generación, para desestabilizar al país, como paso previo a operaciones destinadas a destruir el Estado-Nación; b) un golpe de Estado con acciones promovidas por organizaciones transnacionales; c) un conflicto regional, como extensión del conflicto de países vecinos bajo el pretexto de contrarrestar a factores generadores de violencia, y, d) una intervención militar «al estilo de las coaliciones que han intervenido en otras partes del mundo bajo el mandato de la OEA o de la ONU».
Para analizar las hipótesis de guerra Baduel llamó a «romper el paradigma de lo estrictamente convencional de la guerra, porque el nuestro obedece a doctrinas foráneas adaptadas a lo que derivó de la Segunda Guerra Mundial».
De acuerdo a declaraciones públicas (28 de enero de 2005) del general Melvin López Hidalgo, secretario del Consejo Nacional para la Defensa de la Nación (Codena), el jefe del Estado, Hugo Chávez, giró instrucciones para cambiar la doctrina militar de la FAN (Defensa Integral de la Nación), con el fin de enfrentar una potencial guerra asimétrica. La organización para el hipotético conflicto bélico debería estar lista para julio de este año.
Asimetría integral
De los escenarios contemplados por Baduel, uno de ellos aparece hoy como poco probable: el correspondiente al «golpe de Estado, subversión y acciones de grupos separatistas promovidas por organizaciones políticas trasnacionales». Pero las otras tres opciones (Andinización del Plan Colombia, intervención unilateral o por mandato institucional contra Venezuela _OEA u ONU_ y respuesta defensiva a través de una guerra asimétrica, siguen presentes y con mayor fuerza en la medida en que las acciones (práctica del cerco) anunciadas por Washington tienen en la mira el proceso revolucionario impulsado por Hugo Chávez.
En el 2005 han arreciado las acusaciones por parte del Departamento de Estado y la Secretaría de Defensa contra el gobierno de Chávez por, supuestamente, comprar armas de manera no «transparente», violar los derechos humanos, incumplir con las reglas del juego democrático-representativo, desestabilizar gobiernos de la región y no combatir la insurgencia colombiana.
El general López Hidalgo ha definido, al igual que el Presidente de la República, el enemigo estratégico: la Casa Blanca. El secretario del Consejo Nacional para la Defensa de la Nación ha señalado también que la «amenaza permanente» que representa Estados Unidos para Venezuela conduce a plantearse la posibilidad de encarar una guerra asimétrica. Esa guerra asimétrica sería cívico-militar y contaría con una «red de inteligencia social».
La organización cívico-militar para la guerra asimétrica tendría tres niveles superpuestos: a) el regular, correspondiente a la FAN; b) el cívico-militar institucional (Reserva), y, c) el popular, in tegrado de manera flexible, con unidades básicas de resistencia a la potencial invasión (Plan Colombia o Estados Unidos).
El anuncio de que la forma defensiva a emplear sería una guerra asimétrica conduce a una conclusión inmediata: la revolución se ha planteado que puede perder el control del Estado, tal como ocurrió con los talibanes en Afganistán o con el partido Baath en Irak. A partir de ese momento, que puede transcurrir rápidamente si la esperada invasión es fulminante («blitzkriegh» o Guerra de Tercera Generación), o se establece a través del despliegue posicional de fuerzas (columnas de tanques, infantería), tal como si se desarrollara una Guerra de Segunda Generación, la FAN convencional se transformaría en un sistema defensivo de fuerzas irregulares.
Así lo anunció el presidente Chávez en uno de sus programas dominicales. El fin de la acción militar es no presentar blancos fijos, tal como ocurre con las guerras simétricas, cuyo ejemplo más reciente es la desastrosa confrontación de posiciones (tres semanas) librada por el Ejército de Saddam Hussein contra su rival estadounidense.
En ese cuadro se potencia ría la resistencia popular y comenzaría la guerra asimétrica.
El Estado enemigo
La guerra asimétrica está íntimamente relacionada con la Guerra de Cuarta Generación. Representa la evolución del pensamiento militar desde 1989 (Cuarta Generación) hasta 1995 (asimetría). La utilización de las asimetrías en los conflictos bélicos es tan vieja como el hombre, pero a partir de 1995 el concepto fue desarrollado en una serie de documentos («Visión Militar de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos» (1995), «Estrategia Militar» (1995), «Informe de la Revisión Cuadrienal de Defensa» (1997), «Informe del Panel de Defensa Nacional» (1997), «Revisión estratégica conjunta, aproximaciones asimétricas de la guerra» (1999), Informe Anual del Secretario de Defensa al Congreso (1998-99-00), «Informe Anual» (2000), «Visión Conjunta 2020» (2000). Visión Conjunta 2020 dio la definición más profética sobre el tema: «las guerras asimétricas serán tal vez el peligro más serio que Estados Unidos enfrentará en el futuro inmediato». (ver Steven Metz, «Asimetría Estratégica», en Military Review).
Metz y Douglas Johnson definieron la guerra asimétrica como «actuar, organizar y pensar de forma distinta a los adversarios, de manera de maximizar nuestras propias ventajas, explotar las debilidades del adversario y lograr una mayor libertad de acción» (citado por Skelton, Ike, en «3 Lecciones para Conflictos Asimétricos», Military Review, Marzo-abril de 2002).
Un año después de la publicación de VC-2020 ocurrió el acto terrorista del 11-S, que ha significado el impacto psicológico más importante recibido por la población estadounidense en su propio territorio a través del inesperado uso bélico de aviones civiles y la utilización de la permisividad que concedían las leyes de inmigración. La hipótesis de la «vulnerabilidad» del más poderoso a través del empleo de métodos no convencionales había sido confirmada dramáticamente.
A partir del 11-S, y especialmente desde la Guerra de Irak, el estudio sobre las guerras asimétricas se ha intensificado. Casi todos los papeles de trabajo coinciden en que la guerra asimétrica no tiene fronteras ni reglas escritas ni respeta convenios internacionales. Desde el neoterrorismo hasta la guerra irregular pueden incluirse en las guerras asimétricas. Combinaciones («integración») entre tecnologías «a la mano» y tecnologías convencionales (incluyendo la posibilidad de pasar de una guerra asimétrica a otra de carácter simétrico si las condiciones se presentan). Todo se mezcla en la guerra asimétrica: valores transnacionales (religiosos, ideológicos), valores tradicionales (patriotismo, heroísmo), formaciones irregulares (células, redes, red de redes, transnacionalización de las redes), guerras de información o «acción sicológica» (medios alternativos de comunicación, inteligencia social), métodos antiguamente considerados hamponiles (secuestros, «vacunas»), utilización de nuevas armas estratégicas bajo el criterio de vulnerabilidad del enemigo (petróleo).
Pero el planteamiento de una guerra asimétrica desde el poder de Estado implica reconocer que la totalidad de las fuerzas defensivas no dependerán del Ejército regular, poseedor, en las guerras convencionales, del monopolio de la guerra. Las definiciones aceptadas de Guerra de Cuarta Generación (con énfasis en los componentes culturales y sicológicos) y guerra asimétrica (sin límites) es que se trata de la lucha de oponentes no estatales contra Ejército(s) de Estado(s).
Así, el gobierno revolucionario (no estatal) funcionaría emblemáticamente como referencia de liderazgo y unidad de objetivos para quienes desarrollan la resistencia, pero la acción bélica asimétrica quedaría descentralizada (de ahí el papel relevante que deben tener los líderes regionales y locales).
Tanto el Presidente como el Alto Mando Militar ya se han manifestado sobre la posibilidad de enfrentar una invasión externa con una guerra asimétrica, acompañada de elementos de Cuarta Generación. Caben dos (primeras) observaciones, derivadas de la realidad político-militar actual. Una corresponde al grado real de desarrollo de ideas-fuerza (revolucionarias) entre los militantes del proceso. La otra es hasta dónde la FAN regular está preparada profesional y sicológicamente para transformarse en una fuerza irregular capaz de emprender acciones asimétricas.

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