La población carcelaria en Estados Unidos, que es la más grande del mundo, aumentó a más de 2,1 millones el año pasado, según un informe del Departamento de Justicia.
En junio de 2004, una de cada 138 personas se encontraba tras las rejas, lo cual representa un aumento del 2,3% con respecto al año pasado.
Esto quiere decir que cada semana ingresaron a las prisiones más de 900 nuevos reos.
Según Paige Harrison, uno de los autores del informe, el aumento se debe a la aplicación de políticas más drásticas contra quienes cometen más de tres delitos y la restricción de la libertad condicional.
Primer lugar
Según el informe, el aumento podría responder a nuevas medidas contra reincidentes.
Estados Unidos encarcela a 726 personas por cada 100.000, una cifra que es cinco veces mayor que la de Gran Bretaña, seis veces mayor que la de China y ocho veces mayor que la de Rusia.
Algunas organizaciones atribuyeron el aumento en el número de reos a penas más estrictas a crímenes como la posesión de drogas y la invasión de propiedad ajena.
Según Jason Zeidenberg, director ejecutivo del Instituto de Políticas de Justicia en Washington, el informe subraya la necesidad de hacerle frente a las causas como el desempleo, la pobreza y la falta de educación.
«A menos de que promovamos alternativas para la prisión, nuestro país continuará a la cabeza de la población carcelaria mundial», dice Zeidenberg.
El informe también encontró que 12,6% de los hombres jóvenes de raza negra están en la cárcel, lo cual muestra un marcado contraste con un 3,6% de los hombres jóvenes de origen hispano y un 1,7% de los de raza blanca.
Estados Unidos encarceló también a más de 92.000 extranjeros y a alrededor de 283.000 enfermos mentales.