GUSTAVO RODRIGUEZ
EL UNIVERSAL
La participación cada vez más creciente de presuntos funcionarios policiales en hechos delictivos, amparados en modernas motocicletas de alta cilindrada, dejó de ser un tema del cual sólo se conversaba en las tertulias policiales. Ante las reiteradas denuncias, el alto mando de la Policía Metropolitana ordenó recoger todas aquellas unidades policiales que transitan por las calles de Caracas sin sus respectivas placas de identificación, informó el director del Departamento de Asuntos Internos de la PM, comisario Andrés Arrivillaga.
Las autoridades de las policías municipales, preocupadas por el fenómeno, han girado instrucciones para que se afinen los mecanismos de supervisión y control sobre las diferentes brigadas motorizadas y así evitar que el escándalo salpique a sus respectivas instituciones. Sin embargo, recomiendan a todos aquellos ciudadanos que han sido asaltados por los supuestos policías que sin temor alguno se dirijan a los departamentos de Asuntos Internos de las diferentes organizaciones policiales, al Ministerio Público, a la Defensoría del Pueblo o a cualquier dependencia de la policía científica para formular sus denuncias.
Los reglamentos internos obligan a los funcionarios a estar debidamente uniformados, utilizar cascos y, además, exhibir un portaplaca en el pecho. En su defecto deben poseer un portanombre para que los ciudadanos puedan identificarlos en caso de irregularidades. Los reglamentos operativos indican que los funcionarios que laboran en los departamentos de inteligencia o que trabajan encubiertos pueden desplazarse vestidos de civil, pero deben comunicar a la central de radio cualquier procedimiento para ser apoyados de inmediato por unidades patrulleras identificadas.
Las normas ahora reguladas por el Código Orgánico Procesal Penal indican que los funcionarios deben utilizar al menos dos testigos escogidos al azar cuando se sospeche de la presencia de drogas. De lo contrario el procedimiento es írrito y el imputado queda en libertad de manera inmediata. Para evitar desmanes y excesos policiales en la mayoría de los cuerpos de seguridad se ordena rotular los tanques de gasolina de las motocicletas. Cada unidad debe llevar una placa de identificación y también en el guardabarro debe estar presente una segunda placa denominada de «inventario de transporte». De lo contrario se estaría infringiendo al menos la Ley de Tránsito.
Alta incidencia
El comisario Andrés Arrivillaga, director de Asuntos Internos de la Policía Metropolitana, reconoció como grave los desmanes cometidos por supuestos funcionarios y anunció que a partir de hoy lunes comenzará un operativo para recoger todas aquellas motocicletas que no posean placas.
Dijo que en la PM fue creada la Oficina de Atención a la Ciudadanía, la cual es atendida por 15 abogados. «No es igual que un ciudadano vaya a denunciar a un policía y la queja se la toma otro policía», comentó. El jefe policial dijo que en la actualidad se procesan unas 30 denuncias diarias contra funcionarios que incurren en diferentes hechos irregulares. Atribuyó el fenómeno a que los ciudadanos sienten que hay mayor credibilidad hacia el organismo y presumen que su denuncia va a tener una pronta respuesta.
El comisario Arrivillaga señaló que las quejas se refieren a allanamientos ilegales, abusos de autoridad, entre otros. En cuanto a las operaciones ilegales cometidas por supuestos policías a bordo de motocicletas sin identificación, indicó que la mayoría de los transgresores son sujetos que trabajan como escoltas de concejales, de jueces, ministros y otros funcionarios del Alto Gobierno.
«Tenemos órdenes del director general de quitarles las motos porque muchos de ellos andan sin control. Si alguien les pide que se identifiquen se darán cuenta de que están fuera de la estructura policial». Informó que en la actualidad 150 funcionarios están siendo procesados por incurrir en faltas graves, pero la Ley del Estatuto de la Función Pública ampara a los uniformados y les impide que su destitución sea más expedita.
Manifestó que las leyes los mantienen atados de manos para depurar al cuerpo policial y ello convierte a los expedientes administrativos en una especie de cuello de botella. Dijo que esperan revertir esa sensación.