La Paz. La policía dispersó con gases lacrimógenos a cientos de manifestantes que intentaron tomar la sede del Congreso de Bolivia, en vísperas de la reanudación de los debates sobre la ley petrolera, mientras se realizaban tres marchas simultáneas de protesta en el país.
Las escaramuzas se registraron a mediodía a 200 metros de la Plaza de Armas, en la intersección de las calles Sucre y Junín, donde manifestantes, indígenas y campesinos en su mayoría, abrieron una brecha y estuvieron a punto de ganar la céntrica plaza Murillo, fuertemente custodiada por policías y militares, destacó AP.
Al menos dos heridos leves dejaron los disturbios en La Paz, constató AFP.
Un trabajador minero fue alcanzado por una bomba de gas en un tobillo, mientras otra persona recibió disparos de balas de goma en la mano, en las cercanías de las sedes del Palacio de Gobierno y el Congreso nacional.
Los uniformados lograron reponerse e hicieron retroceder a los manifestantes, que usaban cajas sonoras de dinamita para contraatacar.
La policía, que empleó carros cisterna contra los manifestantes, tendió un cerco a unos 500 metros alrededor de los palacios de la democracia boliviana y ordenó evacuar el edificio Legislativo, donde se había previsto la reunión del Congreso.
El tráfico vehicular y peatonal desde y hacia la plaza fue cortado. Legisladores y personal administrativo abandonaron el edificio capitalino.
Además de exigir la «nacionalización de los hidrocarburos», los manifestantes demandaron el cierre del Congreso, la renuncia del presidente Carlos Mesa y el adelanto de elecciones presidenciales en una concentración de la que también tomaron parte líderes sindicales y sociales.
En el interior del palacio Quemado de La Paz, a unos pasos del Legislativo, se encontraba el presidente Mesa reunido con su gabinete.
El líder opositor Evo Morales pidió a Mesa que escuche los pedidos del pueblo sobre la Ley de Hidrocarburos, tras advertir que en caso contrario pone en riesgo su popularidad.
«Cada minuto que pasa es un minuto menos para la gestión del presidente de la República», alertó el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS).
Tras considerar que el mismo mandatario «se ha desgastado», indicó que «por defender a las transnacionales, por defender intereses ajenos a los intereses nacionales, Mesa pierde su apoyo».
«El Presidente y su gabinete, por caer bien a todos, especialmente a las transnacionales, dividen a Bolivia con sus mensajes, que acaban por ser un comentario periodístico para distraer a la población. Realmente han desorientado, han creado una mayor incertidumbre», apuntó.
Aseguró que el Gobierno debe «sumarse a los planteamientos del pueblo y no seguir defendiendo a las transnacionales».
Un corte de rutas de los sindicatos de cooperativas mineras impidió a Morales llegar a la localidad de Caracollo, de donde partió la caminata hacia La Paz.
El vehículo de Morales fue retenido en el puente de Tapacarí, en la localidad de Parotani, a unos 160 km de Caracollo, por mineros que exigen atención a sus demandas sectoriales y también la recuperación de la riqueza hidrocarburífera en favor del Estado.
La versión fue confirmada por el diputado Antonio Peredo, dirigente nacional del partido MAS.
«Vamos a respetar los bloqueos y vamos a hacer trasbordos», declaró Morales, quien negó que el corte de la ruta hubiese sido la causa principal de su inasistencia a la caminata.