Una corte en Guatemala sentenció a cinco campesinos a 100 años de prisión cada uno, tras haberlos encontrado culpables del secuestro y asesinato de un sacerdote y activista maya.
Estuardo Putul, Ricardo Cu Caal, Manuel Putul, Marco Xoc y Romero Mo Chen, recibieron 50 años de cárcel por secuestro y otros 50 por el asesinato.
Sin embargo, los campesinos sólo cumplirán la mitad de la condena, ya que el sistema judicial guatemalteco estipula que cinco décadas es la pena máxima que se puede cumplir.
Otro implicado fue sentenciado a tres años de reclusión por posesión de arma de fuego, mientras que tres personas más fueron absueltas, incluyendo a dos funcionarios policiales.
Sacerdote y abogado
La víctima, Antonio Pop, un sacerdote católico y abogado en derechos humanos, fue secuestrado en octubre de 2002 cerca de la ciudad guatemalteca de Coban.
Su cuerpo fue encontrado dos meses después en el fondo de un pozo, luego que sus familiares se negaran a pagar un rescate por el orden de US$25.000.
Según las investigaciones, Pop murió de dos disparos en la cabeza apenas un par de días después de haber sido secuestrado.
La víctima fue el primer abogado de la etnia q’eqchi’ en la ciudad de Cobán.
Su asesinato y el de otro activista, Diego Velásquez, originó un llamado de la Organización de Naciones Unidas a las autoridades gubernamentales para que se incrementase la protección a las comunidades indígenas.