En enero y agosto de este año, aquí mismo en elseno de esta Asamblea Nacional, por unanimidad, nos comprometimos frente alpaís en un pacto por la vida, y a partir de allí se estableció un conjunto demedidas ingentes para enfrentar el auge delictivo que hoy estamos padeciendo.
De tal manera que se realizaron mesas de diálogo,consultas con expertos, se aprobaron leyes y otras están pendientes. Asimismo,dentro de esta Agenda Legislativa que estamos impulsando, se realizó en losbarrios del sur de Maracay una mesa de diálogo para recoger opiniones sobre losmecanismos de derecho alternativo, de conciliación para fortalecer losdispositivos de solución de conflictos en las comunidades, más allá del esquemajurisdiccional.
El proyecto y la propuesta que hoy se estánpresentando surge de una consulta comunitaria en los barrios, y seguramentepodremos mejorarlo en la consulta que vamos a realizar en el momento en quehagamos el debate en la segunda discusión, y estoy seguro que podremos mejorarlas propuestas surgidas tanto de las comunidades como de sus representantes ylograr mejorar el contenido del articulado del proyecto de Ley de Convivencia ySolución de Conflictos de las Comunidades y su Exposición de Motivos.
De igual forma, asumo responsablemente laspropuestas que se presentan con sus debilidades y fortalezas. Entiendo que enel fondo lo que queremos es provocar el debate para relanzar el tema de lajusticia de paz en nuestro país. Ese esel objetivo que nos hemos planteado y por ello se han recogido estas propuestassurgidas de las comunidades.
El Libertador Simón Bolívar en la Constitución deAngostura de 1819, consagra el concepto de justicia de paz. Dice el artículo 8ºde dicha Constitución. Cito: “En cada parroquia habrá un juez ante quien sepropondrán todas las demandas civiles y las criminales en las que no puedanprocederse de oficio. El deber es oír a las partes sin figura de juicio,procurando transigirlas y reducirlas a la concordia. Bien por sí, bien porárbitros o amigables componedores”.
De manera que ese concepto, que luego sedesarrolla en la Ley Orgánica de Justicia de Paz en 1995 y más recientemente,en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999, en suartículo 258, promueve la organización de la Justicia de Paz en las comunidadesy también promueve la mediación, el arbitraje y la conciliación como mediosalternativos para resolver los conflictos.
Debo citar con relación a la ley de 1995, que el Magistrado Alirio Burelliconjuntamente con el diputado Julio Borges y otros integrantes de estasOrganizaciones No Gubernamentales que promovieron la justicia de paz en nuestropaís, lograron el objetivo de que se discutiera y aprobara este instrumentolegal. Lamentablemente no se haimplantado un sistema de justicia de paz que satisfaga las expectativas que noscreamos, entendiendo a la justicia de paz como el instrumento para prevenir losdelitos y lograr una convivencia en paz.
Si queremos superar la anarquía, la anomia, lapérdida de autoridad y la ola de violencia que sacude el país, no podemosrecurrir al tutelaje del Estado represivo. Frente a la impunidad, producto dela desesperación, no podemos buscar en la venganza convertida en ley lasolución a nuestros conflictos. Hay quienes hablan de medidas extremas, hastade pena de muerte, aun sabiendo que está prohibida constitucionalmente; hablande medidas draconianas, buscando en lo más oscuro del pasado de la humanidadlas respuestas a los complejos y gravísimos problemas sociales, que son lascausas de la descomposición ética y moral que padecemos.
De igual manera, si aplicáramos el “ojo por ojo”y el “diente por diente”, terminaríamos todos ciegos. La mejor manera deprevenir el delito es a través de la mediación, la conciliación y latolerancia. Por eso nuestra Constitución de la República recoge el concepto delsistema de justicia incorporando los medios alternativos de justicia y laparticipación ciudadana. La justicia nose agota por lo tanto en la función jurisdiccional.
Esto no significa que seamos promotores de laimpunidad. El caso que recientemente ha sido planteado por el Alcalde de Chacaoes una demostración de que tenemos que proteger a las víctimas, de que nopodemos permitir que los crímenes se queden sin castigo. Es necesario,entonces, que asuntos como el planteado por el Alcalde de Chacao se investiguenrápidamente, y así se va a proponer en el día de mañana en el seno de laComisión Permanente de Política Interior, Justicia, Derechos Humanos yGarantías Constitucionales para evitar que los crímenes se queden sin castigo yalgunos administradores de justicia dejen que se ablanden las tuercas del PoderJudicial, producto del billetazo, del dinero o del poder económico.
Después de los sucesos del 11 de setiembre en losEstados Unidos, algunos estados y policías del mundo creen que los ciudadanoscon tal de tener más seguridad no tendrán otra alternativa que sacrificar sulibertad. Creemos, por el contrario, que en la medida en que seamos más libres,en que avancemos como sociedad y logremos una mayor cohesión social en Venezuela,recuperaremos nuestro capital social, formando parte todos de una sociedadeducadora, es decir, en la medida en que seamos ciudadanos, promoveremos mejorla cultura de la paz con libertad ytolerancia.
La mediación, la conciliación, la tolerancia ycualquier otro proceso idóneo que permita la instauración de la justicia deequidad, son vías para encontrar soluciones a los conflictos humanos. Muchasveces los conflictos vecinales parecen ligeros, pero el descuido y la falta deatención pueden convertirlos en hechos de violencia que perjudican lasrelaciones humanas en el ámbito comunal o familiar, y lo que es peor, seconvierten en la materia prima que fabrica las distintas manifestacionesdelictivas que hoy padecemos.
La crisis social y económica que sufre nuestropaís desde hace más de 20 años se ha materializado en el descenso de la calidadde vida de la contundente mayoría de los venezolanos y venezolanas: Eldesempleo, el bajo poder adquisitivo, la imposibilidad de obtener los productosalimenticios, aun los de la cesta básica, las dificultades de acceso a lae
ducación, a los servicios públicos, los bajos niveles de respuesta en losórganos ejecutores de la justicia, son factores que han generado el crecimientode la conflictividad y la violencia.
Junto alos problemas sociales y económicos de carácter macro, el debilitamiento de lasrelaciones familiares está privando a la sociedad de su principal fuente deregulación del comportamiento, de la tolerancia, de la solidaridad y de laconvivencia social. Nos referimos a la familia.
Todo este conjunto de carencias y dificultadesvinculan y generan un círculo perverso de exclusión, un círculo perverso deconflictos y violencia. ¿Puede sólo una ley solucionar todos estos problemas?¡Seguramente no! Pero una ley como laque estamos promoviendo, surgida de las comunidades, puede ayudar a recobrar laconfianza de los ciudadanos y ciudadanas en los mecanismos de justicia, puedeincidir en la disminución del uso de la violencia como mecanismo de resoluciónde los conflictos, puede intervenir en procesos educativos para que se respetenlos derechos humanos y los bienes de los semejantes; una ley que bien entendidapor las comunidades, bien aplicada por la gente, ayudará a recobrar lossenderos de la paz.
Del mismo modo, este Proyecto de Ley deConvivencia y Solución de Conflictos de las Comunidades constituye unaherramienta para la disminución de los niveles de inseguridad, mediante eldesarrollo de acciones comunales dirigidas a prevenir la violencia y acontrolar los factores que la originan. Son los municipios y las parroquias losllamados a convertir la justicia depaz, la conciliación y los medios alternativos de solución de conflictos en unproceso cotidiano en la vida de los venezolanos y venezolanas.
En efecto, el artículo 178 de la Constitución dela República, numeral 7, así como la Ley Orgánica de Justicia de Paz, leasignan a los municipios la competencia de la justicia de paz, pero necesitamosdarle un impulso a partir de esta propuesta y este debate que estamosplanteando.
De igual forma, necesitamos replantear y relanzartodo lo que tiene que ver con el proyecto de la justicia de paz y de la culturade la paz en nuestro país, reformar la Ley Orgánica vigente, hacer una ley queincorporando lo que va a surgir de este debate en la primera discusión de esteproyecto, pudiera permitirnos tener un instrumento idóneo en la lucha paraprevenir las distintas manifestaciones delictivas.
Asimismo, nuestra Constitución de la Repúblicaplantea un conjunto de consideraciones interesantes. Corresponde a lascomunidades la responsabilidad de desarrollar y ejecutar los procesos aptospara el fiel cumplimiento de la justicia de paz. Del compromiso de laciudadanía con la justicia surge un sentido de pertenencia, pues la gente hacesuyo el proceso de instauración y crecimiento de la justicia de paz.
Al mismo tiempo, el proceso se impregna delegitimidad, pues tiene el reconocimiento de la gente. La justicia constituyeun proceso en el cual se concreta la democracia participativa y protagónica,pues tiene forma, tiene movimiento y tiene rostro.
La elección de estos jueces de paz debe ser unproceso transparente, de cara a la gente, que surja de las iniciativas de lacomunidad en cada parroquia. La lista de aspirantes debe publicarse para que lacomunidad realice sus objeciones o respalde a sus candidatos. Si un juez ojueza de paz no cumple sus responsabilidades le será revocado el mandato deacuerdo a lo que establezca la ley.
Para el fortalecimiento de la cultura de la pazhemos previsto la creación de las Casas de Ciudadanía, las cuales nospermitirán abrir la escuela no solamente de día sino también de noche y losfines de semana. Las escuelas abiertas como espacio de tolerancia, deintegración para superar la exclusión y propiciar la inclusión y lasolidaridad. La discusión y ejecución del sistema de solución alternativa delos conflictos a través de la conciliación y la mediación. La creación de lafigura del observador parroquial, cuya tarea es la prevención de los problemasy conflictos comunitarios. Se trata de evitar que problemas vecinales setransformen en hechos violentos. La divulgación de los derechos humanos.
La gente deberá aprender y aceptará, a través deese aprendizaje, que las decisiones de la justicia de paz son de obligatoriocumplimiento. Más allá de las obligaciones, el fin que persigue esta propuestade ley, es entender que sólo la convivencia, la tolerancia y la solidaridad,garantizan la vida en paz.
Esta propuesta seguramente podremos mejorarlaentre todos. He hablado con la diputada Haydée Machín y tiene unasobservaciones interesantes; el diputado Víctor León y también el diputado JulioBorges, por supuesto, que ha sido un abanderado a este tema durante muchos añosen los tiempos de luchador social y de investigador en el campo académico, yestamos seguros que entre todos, podremos mejorar este texto legal para darleun impulso y un relanzamiento a la justicia de paz en nuestro país.
El momento es oportuno para finalizar esta brevísimapresentación a nombre de estas comunidades que hicieron el esfuerzo de elaborareste documento; el momento es oportuno para recordar las palabras de Juan PabloII en su mensaje El secreto de la pazverdadera reside en el respeto de los derechos humanos. Cito: “Cómo podríaexistir la guerra si cada derecho humano fuera respetado.”
El respeto integral de los derechos humanos es elcamino más seguro para estrechar las relaciones sólidas entre los estados, perotambién en las sociedades y, sobre todo, en la familia. La cultura de losderechos humanos no puede ser sino la cultura de la paz, y en esto el texto denuestra Constitución se convierte en uno de los más avanzados del mundo, ynosotros tenemos el compromiso de que ese contenido en materia de derechoshumanos y justicia de paz no se quede en letra muerta, sino que se convierta enletra viva con nuestros compromisos, con nuestras acciones y con nuestrasmovilizaciones.
Por lo tanto, debemos tratar de que la tolerancia,la convivencia y las soluciones alternativas a los conflictos que se presentanen las comunidades, a través de la conciliación se conviertan en un campofértil que tenemos que abonar con nuestro esfuerzo como legisladores, a travésde la población del marco necesario pa
ra estimular todas las iniciativas quepermitan el mejoramiento de la convivencia y la calidad de vida, para quelogremos derrotar con la cultura de la vida, esta cultura de la muerte que nosestá atrapando, y que nos está destruyendo.
Muchas gracias.