Damnificados por el ataque con explosivos contra albergue de reinsertados recibirán indemnización
Así lo aseguró hoy el Gobierno Nacional en un comunicado, en el que añadió que para ello se utilizarán los recursos previstos por la ley.
El presidente Álvaro Uribe señaló que “el Gobierno Nacional ha venido desatrasando todo lo que es la indemnización de los compatriotas afectados por el terrorismo”.
Agregó que frente a los casos en los cuales la indemnización de ley no sea suficiente para subsanar los daños se buscarán alternativas como por ejemplo que “las compañías productoras y comercializadoras de materiales de construcción para reparar allí estos marcos de ventanas y estas vidrieras, les den un mejor precio”.
Además, en el consejo público de ministros que se realiza hoy, Uribe les pidió a los reinsertados un mejor comportamiento. “Muchachos, mucho orden. Sean buenos con la comunidad que los ha acogido”, dijo.
Los albergues de reinsertados en Bogotá serán desmontados
La decisión fue tomada anoche por el presidente Álvaro Uribe, luego de una reunión con el alcalde Luis Eduardo Garzón, tras el ataque con explosivos contra uno de ellos en Teusaquillo, que dejó a 10 personas levemente heridas.
En Bogotá hay 76 albergues, en los que viven 3.224 ex guerrilleros y ex paramilitares.
A la salida de la reunión, Garzón confirmó que el desmonte será gradual y que los beneficiarios del programa de reinserción serán vinculados a trabajos rurales en fincas o en propiedades confiscadas a los narcotraficantes.
«La decisión se tomó porque fracasó el esquema de los albergues como parte de la estrategia de reinserción», afirmó Garzón.
En el encuentro también se acordó que una vez desmontados los albergues, la ciudad no volverá a recibir un solo desmovilizado.
Había calma chicha
La situación registrada ayer en Teusaquillo, donde funciona la tercera parte de los albergues de la ciudad, se veía venir. Allí todos temían que algún día iban a sentir el estruendo de un estallido.
Si bien las autoridades no confirman si en realidad se trató de un atentado de un grupo al margen de la ley, la verdad es que se trata del primer ataque terrorista contra un albergue de reinsertados.
Un reinsertado de las autodefensas, que media hora después de la explosión le dio «gracias a Dios» porque ninguno de los habitantes de la casa resultó herido, contó su paradoja. Hace tres meses llegó al lugar, proveniente de un hotel del centro de la ciudad, por razones de segurifdad. Su primera impresión es que se trataba de un sector tranquilo.
Es la misma percepción que tenían los vecinos que ayer elogiaron el buen comportamiento de los residentes del albergue, pero advirtieron que su presencia en el barrio siempre les hizo temer por problemas de seguridad.
«No es que ellos se comportaran mal, pero sí se temía que estando ellos ahí, algo podría pasar. Ellos siempre tenían miedo y nunca dejaban estacionar carros ni poner nada frente a la casa», confirmó el padre Francisco Javier Jaramillo, párroco de la iglesia Santa Teresita, quien calificó el atentado como «absurdo». «¿Contra quién iba la explosión?, contra la comunidad, contra ellos, eso no tiene sentido», manifestó indignado.
Una de las versiones indican que en la madrugada vieron a dos personas, aún no identificadas, que dejaron frente al albergue una bicicleta acondicionada para venta de alimentos, pero cargada con los 10 kilos de anfo.
La explosión alcanzó tres cuadras a la redonda y despertó al vecindario en medio de una lluvia de vidrios. Según el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Héctor García, las patrullas tienen la misión de vigilar los albergues, mientras son desmontados.
Un lío con varios antecedentes
Hasta ayer, los reinsertados solo habían significado para Bogotá problemas de convivencia.
El más reciente antecedente ocurrió el pasado 2 de marzo, precisamente en el barrio Teusaquillo. Ese día, los ex combatientes y un grpo de agentes de Policía protagonizaron un enfrentamiento que dejó siete heridos entre uniformados y desmovilizados.
El choque se produjo cuando los agentes llegaron hasta una tienda donde se encontraba un grupo de reinsertados tomando licor y escuchando música a alto volumen.
Apenas hace dos semanas, las autoridades decomisaron dos armas de fuego y licor en otro albergue de Teusaquillo. En la diligencia hubo un nuevo altercado entre desmovilizados y agentes.
Estos antecedentes habían llevado al Distrito a proponer una alternativa diferente a los albergues. En su momento, el sub secretario de Seguridad y Convivencia, Andrés Restrepo, dijo a este diario que debían pensar en granjas campesinas para reubicarlos.
Restrepo también llamó la atención sobre la necesidad de que el Gobierno Nacional hiciera un acercamiento con las comunidades que reciben a los ex combatientes para disminuir el riesgo de problemas de convivencia.