ELMUNDO.ES | AGENCIAS
Imagen del lugar donde se encontró este fin de semana una mochila con explosivos en un parque del oeste de Londres. (Foto: REUTERS)
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Los familiares de las víctimas del 7-J visitan los lugares de las explosiones
Álbum: Caos | Gráfico | Londres, atacada
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LONDRES.- La policía británica ha intensificado la búsqueda de los sospechosos de cometer los atentados del 21-J en Londres ante el creciente temor de que estén preparándonse para atentar de nuevo. Entretanto, los investigadores creen haber hallado la conexión entre los comandos terroristas que llevaron a cabo el 7-J y los ataques del pasado jueves, ya que componentes de ambas células coincidieron en un centro de ‘rafting’ de Gales durante un fin de semana del pasado junio.
Scotland Yard considera muy probable que los terroristas del 21-J se encuentren todavía en terreno británico y puedan tener acceso fácil a explosivos, según informa la BBC. Ya el viernes, la policía difundió cuatro fotografías en las que se mostraba a los sospechosos y pedía colaboración a los ciudadanos para atraparles.
Según publica hoy ‘The Times’, más agentes de incógnito se han desplegado por la ciudad ante la sospecha de que hubiera un quinto terrorista del 21-J huido después de que una mochila con explosivos y tuercas en su interior similares a las halladas el jueves fuera encontrada este fin de semana abandonada entre los arbustos de un parque del oeste de la capital, llamado Little Wormwood Scrubs.
Vínculo entre las dos células
El ministro de Interior, Charles Clarke, ha asegurado que está habiendo «un buen progreso» en las investigaciones gracias a la «tremenda ayuda ciudadana». Entre las últimas revelaciones policiales se encuentra el vínculo entre las dos células radicales que están llevando a cabo esta campaña de terror en Londres.
Según han informado fuentes de las fuerzas de seguridad británicas a ‘The Observer’, componentes de ambas células coincidieron en un centro de ‘rafting’ de Reino Unido durante un fin de semana del pasado junio.
Las pistas encontradas en tres de las mochilas abandonadas el pasado día 21 en estaciones de metro y autobús, que no causaron víctimas al sólo explotar el detonador, llevaron a la policía a tres direcciones de Londres. Cruzando los datos, los investigadores descubrieron que varios de esos terroristas acudieron a las instalaciones de Canolfan Trynwyn, en Bala (Gales), el 4 de pasado junio.
Imagen de los suicidas del 7-J Shehzad Tanweer (primero por la izquierda) y Sidique Khan (primero por la derecha) mientras hacían ‘rafting’ en Gales.
La semana pasada, el ‘Daily Mirror’ publicó en su portada la imagen de dos de los suicidas del 7-J -Mohamed Sidique Khan, de 30 años, y Shehzed Tanweer, de 22- sonriendo felices al bajar por el río Trynwyn. Sidique Khan, el líder de la célula del 7-J, está incluso haciendo con la mano el símbolo de la victoria.
El director del centro, Paul O’Sullivan, ha confirmado a Sky News la presencia en Gales de Sidique Khan y de Tanweer el pasado 4 de junio y añadió que, ese mismo día, hubo «otro grupo de asiáticos» allí. O’Sullivan ha pasado toda la información que posee a Scotland Yard.
Este descubrimiento cerciora a los investigadores de que alguien, posiblemente un clérigo, urdió el plan de vincular a los dos grupos para llevar a cabo una campaña de terror en Londres. «Una posibilidad que estamos investigando ahora es que una determinada mezquita, o un grupo de veteranos de la guerra de Afgnistán, o simplemente un cazador de talentos, uniera a estos dos equipos», han asegurado fuentes de la Policía a ‘The Observer’.
La pregunta que se plantean ahora las fuerzas de seguridad es si esa mente dispone de más células para atacar de nuevo en el sistema de transporte público o en lugares simbólicos de Londres.
Otro factor que da unidad a la acción de los terroristas del 7-J y del 21-J es el hecho de que el material explosivo que utilizaron podría ser el mismo en los dos casos: fabricación casera usando como base el peróxido de acetona.
Un tercer detenido
Entretanto, la policía británica arrestó el domingo a una tercera persona en el sur de Londres en el marco de la investigación de los atentados de la capital británica del pasado jueves. Mientras, arrecia la polémica por la orden de ‘disparar a matar’ dada a la policía británica, que el Gobierno de Tony Blair defiende sin fisuras.
El hombre detenido, cuya identidad no ha sido facilitada, fue arrestado el sábado por la noche en Tulse Hill, en el sur de la capital británica, en virtud de las leyes antiterroristas. Según la cadena BBC, el hombre permanece retenido en la comisaría de alta seguridad de Paddington Green, en el centro de Londres.
Un portavoz de la policía británica ha asegurado que el hombre es sospechoso «de cometer, preparar o instigar actos de terrorismo», aunque Scotland Yard descarta que se trate de una de las cuatro personas identificadas tras haber colocado los artefactos explosivos del pasado jueves.
Defensa del ‘disparar a matar’
Y mientras la policía prosigue con las investigaciones, en la capital británica arrecia la polémica después de que el ministro de Exteriores, Jack Straw, haya defendido la orden de disparar a matar que han recibido los policías británicos en caso de sospechas de un inminente atentado.
En declaraciones a Radio 4 de la cadena BBC, Straw dijo sentir profundamente la muerte del ciudadano brasileño Jean Charles Menezes, al que la policía mató el pasado viernes por error al confundirlo con un terrorista. No obstante, el ministro subrayó que es esencial que la policía afronte la amenaza de los ataques suicidas.
Por su parte, el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, había declarado que el asesinato de Menezes fue una tragedia, pero no algo «gratuito» tras los recientes atentados. «A su familia sólo puedo expresarle mis más profundas disculpas», afirmó, y admitió que aunque «alguien más podría ser disparado», «se hace todo lo posible para hacerlo del modo correcto».
Por otra parte, la estación de metro de Aldgate, afectada por los atentados del día 7, ha sido reabierta por la mañana, mientras que aún hay retrasos en algunas líneas. Aldgate permaneció cerrada mientras los ingenieros reparaban los daños causados en el túnel donde explotó la bomba, entre esa estación y la de Liverpool Street, en el centro financiero.