‘Es un hombre sano que pasa por una crisis emocional’, dice esposa de secuestrador de avión de Aires
La Fiscalía dictó medida de aseguramiento en su contra por secuestro extorsivo, porte de armas y apoderamiento de aeronave. Él no acepta los cargos.
Hasta el lunes a la 1:45 de la tarde, Porfirio Ramírez Aldana era un hombre anónimo. “Extraño y de pocas palabras”, dicen sus vecinos.
Este 28 de septiembre cumplirá 50 años, quince de los cuales los ha celebrado en silla de ruedas, un lapso igual al que podría pasar tras las rejas.
Su vida, dicen familiares, ha venido en decadencia desde abril de 1991, cuando quedó inválido tras recibir un balazo en la columna vertebral.
“Desde que nos casamos siempre ha insistido en la indemnización de la Policía, pero nunca juró vengarse y mucho menos con un secuestro o algo parecido”, dice su esposa, Jacqueline Cabrera.
Las últimas dos semanas tuvo problemas de salud; pero allegados dicen que no notaron nada extraño en su comportamiento ni en la vida que lleva junto con Jacqueline y sus hijos, Jarilson, Lissim Jawer y Wilfredo, de 14, 17 y 19 años, respectivamente, en el barrio Ventilador de la capital caqueteña. “Dijo que iba a Bogotá a ver un médico”, dice Wilfredo.
Era cultivador y comerciante y llegó a Florencia desde Planadas (Tolima) a buscar fortuna. Tenía una taberna en Playa Rica (Valparaíso) y vivía con sus tres hijos. Luego se casó con Jacqueline y adoptó a Liz Magda, hija de esta.
Porfirio tuvo que abandonar sus pertenencias por la violencia, en el 2003, dice su esposa y lo ratifica el personero de Florencia, Horacio López. Samuel Aldana, su abogado defensor, cree “La injusticia fue trabajando por años en su mente. Él se declarará inocente”, dice.
Como sea, la justicia no evaluará la situación económica de Aldana, sino los delitos de secuestro, porte de armas y una conducta tachada internacionalmente como terrorismo: el apoderamiento de aeronaves.
FLORENCIA