Esta cifras, según el presidente de Fenalco, Guillermo Botero, representan el 104 por ciento de las utilidades netas de los hipermercados. El año pasado aumentaron en 17 por ciento los casos de robos realizados por particulares y empleados. Las cifras están contenidas en una informe presentado ayer por el Centro de Investigación del Consumidor (Cico), con base en un extenso censo realizado a las grandes superficies, durante Góndola 2005, evento que reúne a comerciantes y proveedores. Echan mano a todo Lo que más llama la atención es que en la lista de lo que más hurtan aparece en primer lugar las cuchillas de afeitar, seguidas de los licores (algunas veces los consumen en los mismos establecimientos), las pilas, las golosinas y artículos de aseo como desodorantes shampoos, maquillajes y tinturas. Pero también se roban artículos grandes como DVD y electrodomésticos, recurriendo a diversas modalidades. El año pasado se reportó un incremento en el número de hurtos internos y externos en las grandes superficies del 17 por ciento. En el caso de empleados que sustrajeron artículos los casos llegaron a 1.361, mientras que los realizados por personas particulares totalizaron 59.363. El 30 por ciento de los casos de robos se registran en Bogotá. Tras la capital, siguen las ciudades de Medellín y Barranquilla. Algunos empleados prefieren sustraer los artículos en el momento de la salida del establecimiento, entre las 12 del medio día y las dos de la tarde y entre las seis de la tarde y las nueve de la noche, mientras que los particulares lo hacen, preferiblemente, entre las 4 y 9 de la noche. Los meses durante los cuales se presentan más hurtos son mayo, julio y diciembre. Las pérdidas o mermas de inventario pesan mucho en los balances de esta clase de establecimientos comerciales. De los 234.000 millones de pesos el 41 por ciento correspondió a operaciones conocidas tales como daños en el manejo de productos (rompimiento de empaques, botellas), vencimiento de alimentos perecederos y desperdicios. El 59 por ciento de las pérdidas corresponde a las operaciones desconocidas que implican robos por parte de visitantes, personal de los supermercados o errores administrativos. El presidente de Fenalco reconoció que este es un problema muy grave, que sigue afectando al sector a pesar de las múltiples medidas que se han puesto en marcha para contrarrestarlo y que está implicado grandes inversiones económicas en nuevas tecnologías y mayores controles en la contratación de personal, y que se seguirán adelantando acciones.
Sin fumar la ‘pipa de la paz’
Otro de los temas de los que se habló en el evento Góndola 2005 fueron los avances en los diálogos entre bancos y comerciantes relacionados con los cobro de las comisiones por el uso de las tarjetas débito y crédito y la tarifa de intercambio. Aun no se ha llegado a una solución definitiva y en los próximos días se espera «fumar la pipa de la paz». Fenalco reiteró que hay plazo de aquí al próximo 28 de noviembre para llegar a una solución definitiva sobre los costos objetivos que se deberían tener en cuenta por parte de la banca a la hora de hacer los cobros al comercio, y que según el sector no deberían ser más de dos. Si el 28 de noviembre no hay arreglo la Superintendencia de Industria y Comercio definirá cuáles deben ser esos costos. Por ejemplo, el sector no está de acuerdo en que dentro de los costos se incluyan gastos administrativos, como por ejemplo la elaboración de extractos o los fraudes a los tarjetahabientes porque estos son responsabilidad de la banca. Según cifras del comercio si los establecimientos financieros les cobraran lo mismo que cobran en otros países, ellos dejarían de pagar alrededor de 500.000 millones de pesos al año. Por eso esperan que se aplane la tarifa de intercambio y disminuya la comisión. La presión sobre la banca sigue tras la posición asumida por grandes superficies como Almacenes Éxito, Makro o Homecenter, que lanzaron tarjetas propias para competir y lograr una mayor fidelidad de los clientes. Crecen denuncias en 16 por ciento A la par con el aumento en el robo de artículos en los hipermercados están creciendo también las denuncias a un ritmo del 16 por ciento anual. Los mayores casos de denuncias se presentan cuando hay hurto realizado por particulares (49 por ciento), mientras que cuando son empleados del establecimiento apenas llegan al 28 por ciento. Aquí el comercio reconoce que se necesita un mayor esfuerzo. El presidente de Fenalco, Guillermo Botero, dijo que si bien se hacen gestiones para judicializar una parte de los casos que se detectan, los procedimientos siguen siendo muy engorrosos y prolongados ya que hay que asistir varias veces a los juzgados y mostrar pruebas. Entre las acciones que desarrollan los hipermercados para controlar este problema están, en primer lugar, la capacitación del personal y la contratación de mayor vigilancia externa e interna, la compra de nuevos equipos tecnológicos, campañas de educación personalizada, incentivos administrativos y gastos de procedimiento penal. También hay mayor revisión en puertas de salidas de los empleados y supervisión de las facturas de los clientes. Algunas de las modalidades más utilizadas en los robos internos son, en el 37 por ciento de los casos, mercancía camuflada en ropa o maletines, seguida en un 14 por ciento por el consumo de productos en el almacén, salida de mercancía que no es registrada por el cajero, complicidad del personal de seguridad, ponerse la ropa en el almacén o cambio en los códigos de las mercancías. Y en el caso de personal externo la modalidad más alta de hurto (31 por ciento) es ocultar mercancías en prendas y carteras, sacar productos en bolsas del mismo establecimiento y con tiquetes falsos (28 por ciento) y sustraer mercancías en bolsas de aluminio para evadir los detectores de marquillas. El consumo de alimentos sin pagarlos también es elevado (12 por ciento). Otras de las acciones en contra de las grandes superficies son los asaltos a mano armada, que en un año pasaron de 25 a 20, la piratería terrestre (en el 2004 se reportaron 19 casos) y los fraudes electrónicos. Cárcel a reincidentes El robo de artículos de supermercado es considerado por el Código Penal como un hurto de menor cuantía que es excarcelable, es decir, su pena no pasa de tres años. En el nuevo sistema oral, cuando una persona es detenida por este delito, y no logra un acuerdo con el almacén, se le lleva ante la Fiscalía para una audiencia de conciliación. Si no se logra, el caso pasa a un juez. En caso de ser reincidente, la Fiscalía puede emitir una orden para impedir la entrada del delincuente al almacén. Si se comprueba que el robo es su estilo de vida, el juez puede considerar una condena de prisión.