París. La gripe aviaria, que diezma los criaderos de aves domésticas en Asia del Sureste desde fines de 2003, franqueó el pasado verano la barrera de los Urales, Rusia, provocando una movilización frente al riesgo de una nueva pandemia de gripe humana.
Sin saber cuándo podrá ocurrir, si en un año, en diez o en más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado, en nombre del principio de precaución, a los estados a prepararse a enfrentar una enfermedad que no existe aún: la primera epidemia mundial de gripe del siglo XXI.
Esta podría dejar, según los cálculos más sombríos, en unos cuantos meses tantos muertos como la pandemia del sida en diez o veinte años.
Tras reaparecer en Asia a fines de 2003, y revelarse mortal para el hombre por primera vez en 1997, en Hong Kong, el virus sumamente patógeno H5N1 de la gripe del pollo, ha afectado excepcionalmente hasta ahora al hombre, dejando por el momento unos 70 casos mortales en Asia.
Pese a ellos, la OMS y numerosos científicos lo ven como el candidato más probable para convertirse en un virus pandémico, si mutaciones genéticas simultáneas le permiten infectar fácilmente al hombre y convertirse en contagioso entre humanos.