El gobierno de Estados Unidos prohibió formalmente a España que los aviones que fueron vendidos al gobierno venezolano de Hugo Chávez lleven tecnología de procedencia estadunidense El ministerio de Defensa español aseguró que la operación no se paralizará en ningún caso.
Según publican los diarios ABC y El País, el embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre, se reunió ayer con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, para informarle de esta decisión.
Posteriormente, Aguirre se puso en contacto telefónico con el ministro de defensa, José Bono, y con la empresa fabricante de los aparatos, CASA, para trasladarles también esta medida. Según ambos diarios, Washington espera que vetar una operación que considera “desestabilizadora” no suponga ningún roce con el gobierno español.
El presidente de EU, George W. Bush analizó el pasado noviembre la operación de venta de equipos militares a Venezuela por parte de España, con el fin de averiguar si el material contenía tecnología estadunidense. Washington ya había expresado su preocupación por el acuerdo.
Lo que trataba de averiguar EU es si la transacción cumplía los requisitos de un “proceso normal de licencias”, teniendo en cuenta que alguno de los equipos podría incluir tecnología suya, según señaló en rueda de prensa el portavoz del departamento de estado, Sean McCormack.
Aunque dijo desconocer el funcionamiento exacto de los procedimientos de licencias para la venta de armas, McCormack precisó que en algunos casos puede haber cláusulas para evitar que las armas que vende EU vayan a parar a países terceros.
Bono reaccionó a estas declaraciones afirmando que el acuerdo se ha llevado “para beneficiar a los españoles, no para molestar a nadie”.
Contexto. La operación contemplaba la adquisición de 12 aviones y ocho fragatas construidas por el grupo EADS-CASA y Navantia, respectivamente, por 1.700 millones de euros. La empresa señaló que, en el caso de que Washington vetara la utilización de su tecnología en la construcción de algunos de estos aparatos, sería posible utilizar “otra tecnología alternativa”.
Fuentes del ministerio de defensa también indicaron que los componentes estadounidenses pueden sustituirse por otros procedentes de distintos países, como Italia, Francia o Gran Bretaña y que ahora depende de los técnicos decidir cuál será la definitivamente elegida. En ningún caso, la prohibición de Estados Unidos supondrá paralizar la operación, añadieron estas fuentes.