Amsterdam. Holanda inaugurará hoy una cárcel de última tecnología en la que los prisioneros tendrán brazaletes electrónicos para que las autoridades sigan cada uno de sus movimientos.
Los guardias usarán programas de computación que reconocen emociones para detectar posibles problemas en las celdas, refirió AP.
Puede parecer ciencia ficción, pero las autoridades están convencidas de que la cárcel representa el futuro de las instalaciones para presidiarios: barata y eficiente, sin ser demasiado permisiva ni transgredir los derechos fundamentales de los delincuentes.
Los detenidos en la prisión de Lelystad, en el centro del país, permanecerán en celdas para seis personas. Los mismos presos cocinarán, lavarán su ropa y organizarán sus actividades diarias a través de una pantalla interactiva que se encuentra al pie de las camas.
«Dudamos en compararla con un albergue juvenil porque lo peor de estar castigado es haber perdido la libertad», dijo Hans Janssens, portavoz del Ministerio de Justicia.
Los presos tienen actividades como clases sobre drogas y ejercicios, y por las noches permanecen encerrados en las celdas. Las cámaras de vigilancia sólo están en los espacios públicos, no en las camas ni en los baños.
Las celdas están equipadas con micrófonos que transmiten la información a través de software de reconocimiento de emociones hasta el centro de control de la prisión, para que allí la analicen.
El costo por prisionero por noche es de unos 125 dólares, frente a los 170 dólares de otras prisiones holandesas.