R. FERREIRA y J. UTSETEl Nuevo HeraldPuede ser un misterio de la Guerra Fría, o simplemente una tragedia durante una pesquería. Hace 44 años, tres hombres desaparecieron en el Estrecho de la Florida y su suerte ha sido un misterio desde entonces.
Cuando el hermano de uno de ellos comenzó a indagar qué realmente sucedió, terminó por descubrir que el FBI tiene un archivo sobre el asunto, que la CIA le niega acceso a información de la época y que el informe que hicieron los guardacostas es «muy sospechoso».
Ante este panorama, Robert Winship Annable se subió ayer a una torre de radio detrás del edificio de Miami Herald Media Co., colocó una bandera estadounidense boca abajo, otra negra referente a los desaparecidos en combate y dijo que sólo bajaría para cumplir la promesa hecha a su padre en el lecho de muerte: saber qué le pasó a su hermano.
»Este es un acto sencillo de desobediencia civil con la esperanza de que el gobierno […] me ayude a saber la verdad sobre lo que sucedió a Harrison», dijo Annable, de 62 años, en una carta dirigida a The Miami Herald dejada antes de subir, alrededor de las 7:30 a.m.
Harrison Annable, de 22 años, y Victor Skalski, de 25, de Massachusetts, zarparon el 17 de noviembre de 1962 en el camaronero Revenge, capitaneado por Gil Martin Rahm, con la idea de pescar langostas en las islas Bahamas.
Cuatro días después, en medio de un mar que había permanecido plácido, la embarcación apareció volcada en el Estrecho de la Florida, al sur de Cat Cay, sin nadie a bordo.
La investigación del Servicio Guardacostas no ofreció una explicación.
Varios periódicos de la época sugirieron que embarcaciones del gobierno de Fidel Castro pudieran haber matado o capturado a los tres hombres. Un diario de Massachusetts reveló que una tía de Annable tenía conexiones con una comisión anticastrista de Washington.
La familia Annable nunca recibió una respuesta concreta y el hermano menor, Robert, bombardeó sistemáticamente al gobierno federal con preguntas y solicitudes de desclasificación de documentos con la sospecha de que le estaba ocultando algo.
La esposa de Annable, Pamela Ascanio, aseguró ayer que desconocen si Harrison fue un agente de la CIA desaparecido en algún tipo de misión.
»Pero la pregunta es, ¿por qué lo pusieron en el mayor nivel de seguridad nacional?», dijo. »Mi esposo cree que [su hermano murió] en una operación de la CIA que salió mal», precisó.
Ascanio, quien vive con su marido en Scottsmoor, condado Brevard, se refería a una carta que recibieron del Departamento de Justicia en 1999, donde se dice que «el Sr. Annable es el tópico de uno de los expedientes depositados en la sede [del FBI] bajo el nombre de contraespionaje extranjero».
Durante sus años de búsqueda, Robert Annable vio como la CIA le negó en al menos tres ocasiones solicitudes de acceso a sus archivos, o respuestas a preguntas.
»El director de la CIA, Porter Goss, está al tanto de este incidente desde la operación Mongoose en 1962», dijo Annable en la carta que entregó al Herald.
Una portavoz de la CIA dijo que no puede confirmar ni desmentir si existió algún tipo de correspondencia entre Annable y la agencia. »En lo que refiere al director Goss, debo recordar que en esa época era un agente encubierto, y no podemos comentar sobre las actividades de los agentes encubiertos», añadió la portavoz, quien solicitó no ser identificada.
En sus documentos, Annable cita como conocedor de lo que pasó a Hugo Gorday, quien en esa época trabajaba en Miami en el alquiler de material de pesca.
Gorday negó ayer que supiera algo de la desaparición de los tres hombres, pero recordó que en aquel entonces fue interrogado por las autoridades. El hombre especuló que pudieran haber sido asesinados por ladrones de trampas de langosta.
»Quién sabe lo que pasó. Eran dos muchachos que al parecer salieron a pescar en busca de aventura», dijo Gorday, de 78 años, desde su casa en Melbourne.
Gorday explicó que hace unos años Annable le envió cartas pidiéndole información sobre el caso de su hermano, y que un día se presentó en su casa para hablar.
»Es muy inteligente y estuvimos hablando durante dos horas, pero le dije que no sabía nada», recordó. Meses después, agregó, lo visitaron unas personas que se identificaron como agentes del FBI que le preguntaron sobre qué había hablado con Annable.
La época cuando desaparecieron los tripulantes del Revenge fue una de las más calientes de la Guerra Fría en el Estrecho de la Florida.
Organizaciones armadas del exilio lo cruzaban para realizar acciones en Cuba, otras embarcaciones con refugiados cubanos la utilizaban como vía de escape hacia Estados Unidos, mientras que las patrulleras castristas navegaban hasta aguas bahamenses en misiones de interceptación, según la prensa de la época.
La embarcación bahamense que divisó el casco volcado del Revenge cuatro días después dijo que en esa misma zona vio un barco Sigma II como el que utilizaba entonces el régimen castrista y como los que operaba la organización armada anticastrista Alpha 66.
»Esos eran momentos en que la CIA realizaba muchas infiltraciones en Cuba, donde se hacían muchas operaciones», recordó Antonio Veciana, veterano de esas luchas. »Nosotros teníamos una base en un cayo de las Bahamas donde llegamos a tener hasta 35 hombres», añadió.
Veciana dijo desconocer por completo el caso de los tres desaparecidos, ni le sonaron sus nombres, pero aseguró que todo ese tráfico marítimo era bien controlado por un agente de la CIA conocido como «Diosdado».
Tras negociar con la policía, Annable terminó ayer su protesta a las cuatro horas de haber subido. La Policía de Miami dijo que encara un cargo de delito menor por allanamiento de propiedad privada.
»Estamos satisfechos que se resolvió el incidente sin que le haya sucedido algo a este hombre, aunque no nos gustó su forma de proceder», agregó la portavoz policial Herminia Salas-Jacobson.
La reportera Viviana Muñoz contribuyó a esta información.