KETTY RODRIGUEZEl Nuevo HeraldEn una operación multiagencia dirigida desde Miami-Dade, las autoridades federales decomisaron cocaína por un valor de $90 millones que era transportada en un barco pesquero interceptado a 40 millas de Panamá, con la intención de introducirla por el sur de la Florida para luego ser distribuida en Estados Unidos.
El duro golpe a los narcotraficantes fue asestado por el Servicio Guardacostas de Estados Unidos, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia federal Antidrogas (DEA) el pasado 8 de febrero, cuando interceptaron una embarcación de 32 pies de eslora en la que viajaban cuatro colombianos.
»Decimos a los narcotraficantes que van a seguir perdiendo dinero, porque vamos a decomisar toda la droga que intente entrar por el sur de la Florida», dijo Jesús Torres, el director de ICE.
La embarcación, identificada como Victoria, simulaba llevar 300 libras de pescado, pero carecía de los equipos apropiados para tal actividad, y el peso del barco reflejado en su hundimiento en el agua indicaba que la carga era muy pesada.
Estos datos levantaron la sospecha de los oficiales estadounidenses, que patrullaban aguas internacionales.
Una declaración jurada de Mark Samples, el agente encargado de la DEA, ofreció detalles de la operación, que llevará a Abel Pardo Salguedo, Alberto Cortés, Dionisio Vélez Tarquino y Carlos Arturo Moreno a encarar cargos por posesión de cocaína y conspiración para distribuirla en Estados Unidos.
Se estima que los acusados pueden recibir condenas entre 10 años y cadena perpetua.
No se pudo confirmar si los arrestados pertenecen a alguna organización, y quién iba a recibir la droga una vez que estuviera en Miami.
Además de poseer cocaína, los sospechosos intentaron embestir a las autoridades y escapar con el cargamento, lo cual agrava la condena.
Cuando los oficiales guardacostas vieron el barco que se alejaba de Colombia a una velocidad de cuatro nudos, notaron que no llevaba bandera.
Al preguntarle a Pardo Salguedo, que hacía las veces de capitán, sobre la nacionalidad de la embarcación, contestó que era colombiana, pero el gobierno de ese país no dio pruebas de que así fuera.
Inmediatamente, el barco pesquero intentó lanzarse contra la embarcación norteamericana, pero no lo logró.
Los oficiales subieron al barco y se dieron cuenta de que los tripulantes habían desconectado las mangueras de agua salada del cuarto del motor, para facilitar el hundimiento del Victoria.
El hallazgo, oculto tras placas de madera y fibra de vidrio, fue de 50 sacos de cocaína con un peso de más de 2,000 libras.
»La mejor forma de combatir el narcotráfico es pararlo antes de que llegue a nuestras costas e infecten nuestras calles», afirmó R. Alexander Acosta, el fiscal federal para el sur de la Florida.