Las autoridades militares en Colombia informaron que 17 miembros de las fuerzas de seguridad murieron en una emboscada rebelde en una región montañosa y aislada del país, cerca de la frontera con Venezuela.
Las víctimas eran miembros del ejército y del servicio de inteligencia colombiano, el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad), que realizaban un operativo conjunto en la zona.
Los militares responsabilizaron de los actos a dos grupos de la guerrilla colombiana: las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y un grupo menor, el EPL (Ejército de Liberación del Pueblo).
En el área donde ocurrió el ataque, en el departamento de Norte de Santander, operan guerrillas de izquierda, paramilitares de extrema derecha y narcotraficantes.
Rebeldes
El presidente Uribe es favorito para la reelección, en parte por su política de mano dura contra la guerrilla de izquierda.
El comandante del ejército nacional, general Mario Montoya Uribe, declaró que patrullas de la 30 Brigada del Ejército y agentes del DAS estaban realizando un operativo conjunto contra los rebeldes cuando fueron atacados.
Se sabe que los hechos ocurrieron el jueves alrededor del medio día. Según el diario El Tiempo de Bogotá, los soldados y agentes del servicio secreto buscaban desarticular una columna rebelde, respondiendo a informes de inteligencia que habían recibido.
Fuentes militares aseguraron que el convoy cayó en un campo minado y los sobrevivientes fueron rematados con ametralladoras.
Los expertos señalan que esto responde a una planeada escalada de la ofensiva armada antes de las elecciones presidenciales, a celebrarse a finales de mayo.
Las FARC han manifestado abiertamente su oposición a la reelección del presidente Álvaro Uribe, cuyas fuertes tácticas contra la guerrilla le han ganado altos niveles de popularidad entre la población.