La tarde del viernes pasado, la P o l i c í a colombiana envió de urgencia a Venezuela las huellas dactilares de «Jabón», quien según fuentes de inteligencia se refugia desde hace más de seis meses en el vecino país.
La premura se debía a la insistencia de funcionarios del departamento del Valle, abogados y emisarios de la mafia de que el capo colombiano había sido asesinado el pasado fin de semana en una calle de la capital venezolana.
Inicialmente, las autoridades descartaron la versión, pues hace dos años Varela fraguó un plan similar (fingir su muerte) y así tratar de contrarrestar la persecución de las autoridades, que ofrecen 5 millones de dólares por su captura.
Pero al final del día, un hombre que desde hace más de tres años se presenta como miembro del grupo del extinto capo Hélmer «Pacho» Herrera (uno de los enemigos de «Jabón»), le aseguró a El Tiempo que ellos estaban detrás del crimen.
«Nosotros matamos a Varela», dijo y dio detalles: «Se identificaba como José Joaquín Tovar Figueroa, posaba de periodista y estaba protegido por algunas autoridades de ese país. Para más señas, el hecho ocurrió al frente de la Nunciatura Apostólica, en la avenida La Salle, en Caracas. Averigüen y verán».
Después de indagar con autoridades se supo que efectivamente, el 16 de junio fue baleado en esa zona un sujeto con ese nombre a quien los medios venezolanos identificaron como periodista y por cuyo crimen hubo incluso varias protestas de gremios internacionales para la libertad de prensa.
El sujeto -al que algunos periodistas venezolanos dijeron no conocer- recibió 11 impactos de bala.
Su familia, que lo describe como un historiador de 53 años de edad, emitió un comunicado de prensa en el que dice que se investigaba si había sido asesinado por su labor en un semanario de esa ciudad en el que escribía una columna.
Días más tarde, autoridades venezolanas aseguraron que se indagaba otro móvil: una supuesta venganza por una estafa ligada a un proyecto de construcción de viviendas en el que Tovar estaría involucrado.
¿Error o truco?
El Tiempobuscó la foto del hombre muerto (conocido como «el Indio») y, evidentemente, hay cierta similitud con el capo.
Y aunque será el cotejo de huellas dactilares el que dé la última palabra sobre el caso, por ahora, existen cuatro posibilidades:
Que «Jabón» haya asumido la identidad del ciudadano venezolano y que, tras ser localizado, haya sido asesinado por sus enemigos; que los enemigos del capo -Diego Montoya, alias «don Diego», y sus hombres hayan asesinado al ciudadano venezolano, creyendo que era «Jabón»; que se trate de un crimen aislado o que «Jabón», para evadir a las autoridades, haya ordenado el crimen de una persona físicamente similar a él y haya puesto a rodar el cuento.
Lo que llama la atención es que el rumor del asesinato llegó a la embajada de Estados Unidos.
Por ahora, oficialmente quien murió ese día fue un venezolano dedicado al periodismo. Y, según autoridades colombianas, sólo será hasta mañana cuando se conozca el resultado del cotejo de huellas.
«Nos inclinamos por la hipótesis de que fue un error de la mafia», dijo un investigador.
El Tiempo intentó ubicar a la familia de Tovar, pero no fue posible.
Treta de tres extraditables
De llegar a comprobarse que el crimen de Caracas no tiene nada que ver con el capo Wílber Varela, «Jabón», esta sería la segunda ocasión en la que este extraditable finge su muerte para evadir a las autoridades.
Hace dos años, personas cercanas al capo hicieron llegar a medios colombianos una foto de Varela en una morgue. Pero resultó ser una farsa.
Se trataba de una vieja fotografía que le fue tomada cuando este se recuperaba, en un hospital del Valle, tras un atentado.
Cicpc no ha recibido solicitud
DAVID GONZÁLEZ
El comisario Marcos Chávez, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, explicó ayer que aún no tenía conocimiento sobre solicitud alguna presentada por las autoridades colombianas para comparar la necrodactilia de José Tovar Figueredo con la de un narcotraficante colombiano, Wilber Varela, conocido como “Jabón”. El funcionario explicó que peticiones de esa naturaleza se tramitan a través de Interpol. Adelantó que si se verificara la solicitud –como lo señaló el diario El Tiempo de Bogotá– no habría mayores inconvenientes de facilitar el cotejo.
Chávez ratificó lo que ya había señalado Jesse Chacón, ministro del Interior y Justicia. La policía científica maneja la hipótesis de que el crimen cometido contra Tovar Figueredo, conocido en Venezuela como “El Indio”, tuvo como móvil la venganza.
El cuerpo de seguridad del Estado indaga sobre la posibilidad de que en el asesinato estén involucrados un grupo de personas que se sintió estafada en la promesa de obtener viviendas. Hay que recordar que la víctima no sólo era director del periódico Ahora, sino que también estaba al frente de la organización Techo Propio para mis hijos, que prometía la construcción de 10.000 casas y apartamentos que serían entregadas a sus afiliados.