Cuidado, su identidad puede ser robada
Una joven adolescente recibía varias llamadas de hombres que decían responder a las invitaciones inmorales de carácter sexual, que supuestamente ella había publicado en Internet. la realidad es que esta adolescente usaba muy poco el sistema Internet. Luego de casi un mes de investigación se pudo descubrir que alguien había adoptado su identidad en el ciberespacio. El misterioso impostor no solo había publicado los anuncios electrónicos, sino también había revelado su dirección, teléfono y, aunque parezca increíble, hasta la clave de la alarma de su domicilio.
Este tipo de delito es complejo e insidioso, y sus consecuencias podrían ser desastrosas. La mayoría de nosotros damos por sentado quienes somos, no tenemos duda de nuestra identidad y si alguien nos la cuestionara, podríamos probarlo de manera irrefutable. Sin embargo con los últimos adelantos tecnológicos se ha hecho muy fácil falsificar documentos como el certificado de nacimiento, el brevete, el pasaporte, el documento nacional de identidad ó el número de identificación que muchos países otorgan a sus ciudadanos y residentes. Estos hechos no solo acarrean molestias y fraudes a nivel personal y económico, sino también para efectos fiscales y atención médica.
La falsificación se ha hecho tan común que incluso ya se la ha bautizado como “Robo de identidad”. Existen verdaderas mafias delictivas que se dedican a este ilícito penal, incluso clonando tarjetas de crédito. Las víctimas de repente descubren que estaban contrayendo cuantiosas deudas, estafando a los acreedores y realizando otros delitos sin haberlo sabido. Aunque las leyes de varios países eximen de responsabilidades luego de una tediosa y prolongada investigación a los ciudadanos perjudicados, estos no se librarán tan fácilmente del daño ocasionado a su reputación, así como a su historial de crédito. En realidad el mal sabor de pasar por este transe no se le olvida a uno tan fácilmente.
La seguridad pública, las entidades de información crediticia, los bancos y las asociaciones de consumidores conocen que las perdidas anuales son cuantiosas, sumando miles de millones de dólares. Es imposible conocer a ciencia cierta la cantidad de víctimas, en buena medida porque estas no se percataron de lo sucedido sino hasta meses después. En el año 2000 fue un delito en crecimiento en los Estados Unidos y en el 2006 fueron varios los países de Latinoamérica afectados.
Pero analicemos como consiguen los delincuentes nuestros datos personales: no debemos olvidar que donde acaba la imaginación del ciudadano empieza la del delincuente y siempre están atentos a cualquier descuido o error que cometamos. Entre las principales modalidades se encuentra el robo de correspondencia, el trabajo en “pared” con malos empleados que manejan solicitudes de crédito o telecompra, en los archivos públicos ó en Internet. Las tarjetas son clonadas en un descuido, también coludidos con malos empleados de locales como restaurantes, estaciones de servicio, o supermercados.
Hay varias medidas que se tienen que hacer si le robaron su identidad, lo primero es comunicar de inmediato el hecho a la identidad bancaria o crediticia y que le otorguen un número de reclamo recalcando bien el día y la hora de la comunicación, realizar la respectiva denuncia policial y solicitar una copia de esta.
Es cierto que algunas instituciones crediticias buscan con afán la manera de impedir los robos de identidad, en algunos países las autoridades han promulgado leyes que lo tipifican como delitos graves, además algunos bancos están tomando medidas de avance tecnológico como lectura digital de las huellas dactilares codificadas para cajeros automáticos o chips con datos almacenados, pero mientras se uniforman estas medidas le sugerimos tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
•No de a conocer su número de identificación salvo cuando sea estrictamente necesario.
•A menos que lo precise, no lleve en la cartera o billetera varias tarjetas de crédito, su DNI u otro documento importante.
•Antes de arrojar a la basura destruya los documentos que contengan sus datos personales o números de cuentas o facturas.
•Oculte con la mano los números que ingresan al cajero automático aunque le parezca mentira algunos delincuentes están usando vinoculares.
•La correspondencia es mejor recibirla firmando un cargo.
•Pida su historial de crédito y téngalo a buen recaudo.
•Memorice su contraseña, no la escriba en un papel que lo guarde en la cartera o billetera.
•Nunca de el número de su tarjeta de crédito u otros datos personales por teléfono, a menos que tenga una relación de confianza con la empresa y sea usted quien llame.
•Coteje mensualmente su saldo bancario.
•Tenga precaución si va a utilizar tarjetas de crédito a través de Internet, le recomendamos abrir una tarjeta de crédito exclusiva para pagos por Internet.
•Guarde documentos de información sensible bajo llave.
Finalmente es cierto que existen en algunas empresas un inadecuado manejo de información empresarial que permite la fuga de importante información, que de alguna manera y sin saber generalmente como llega a manos de los delincuentes.