En realidad, los consumidores tienen cierta ventaja sobre las empresas, pueden tener un control más férreo sobre sus sistemas y tomar una serie de medidas de protección. Frente a la estrategia de levantar muros digitales impenetrables, que se ha demostrado ineficaz, es posible establecer ciertos obstáculos que alerten sobre posibles ataques.
Se trata de tres simples estrategias que cualquiera puede poner en marcha y que comienzan con la descarga de las últimas actualizaciones de seguridad en todos los dispositivos que utilicemos.
Ya hay servicios gratuitos de proveedores que permiten comprobar el estado del software en cada momento y ofrecen instrucciones simples para su mantenimiento. Son servicios como Personal Software Inspector de Secunia para sistemas Windows, u OPSWAT Gears, para redes híbridas con PC y Mac, por ejemplo.
La segunda medida que debería respetarse es supervisar el tráfico de la red, monitorizarlo para detectar posibles infecciones que es algo que ya permiten la mayoría de los routers de gama alta.Mirar los registros capturados por el router es una primera medida recomendable. Otra opción es utilizar un servicio en la nube, como OpenDNS, que recoge todas las peticiones de dominios generados por los usuarios.
Por último, se aconseja también comprobar el tráfico saliente con un firewall que regule su comportamiento tipo Little Snitch para Mac OS X, y GlassWire para Windows. Estos productos alertan sobre aplicaciones potencialmente maliciosas que tratan de conectarse a Internet.
Estos cortafuegos piden permiso al usuario cada vez que una aplicación intenta conectarse con Internet, y recuerdan las respuestas para sucesivas ocasiones, si bien puede resultar molesto el hecho de que durante unos días nos inunden con sus alertas.
Aunque los expertos reconocen que «no hay una varita mágica para garantizar la seguridad completamente”, también aseguran que, con unas pocas herramientas de bajo coste, se puede crear una aceptable defensa en capas.
Fuentes: pcworld.es