VICKIE CHACHERE
Associated Press
TAMPA, Florida – Un juez federal se negó el martes a ordenar la reinserción de la sonda alimenticia que mantenía viva a una mujer que se encuentra en estado vegetativo y cuya suerte ha sido el centro de un intenso debate sobre la eutanasia.
El abogado de los padres de la mujer, que quieren que la sonda le sea reconectada, inmediatamente presentó una notificación de apelación ante un tribunal federal.
La notificación fue introducida electrónicamente la mañana del martes en la 11ª Corte federal de Apelaciones en Atlanta por David Gibbs III, uno de los abogados de los padres de Terri Schiavo. La notificación dice que una apelación completa será presentada en breve.
Terri Schiavo se encuentra en un hospital desde 1991, aquejada de un daño cerebral irreversible. El esposo ha mantenido que ella nunca deseaba vivir así y quiere que le retiren la sonda que la mantiene viva. Los padres de ella aseguran que ella todavía puede recuperarse y quieren que la sonda continúe conectada.
Aun antes de la apelación de los padres de la mujer, el esposo de ella, Michael Schiavo, presentó un recurso ante el mismo tribunal afirmando que los derechos de su mujer serían violados si el tribunal ordena reconectar la sonda de manera permanente.
«Eso sería una intromisión terrible en los derechos personales de la señora Schiavo y por lo tanto se debe mantener el status quo hasta que este tribunal emita un fallo definitivo», dice el texto presentado por el abogado de Michael Schiavo, George Felos. El status quo – mantener desconectada la sonda – puede seguir por uno o dos días sin perjudicar la salud de Terri Schiavo, sostuvo el texto.
Felos dijo también que apelará a la Corte Suprema del país se el tribunal ordena reinsertar la sonda de manera temporalmente.
Horas antes, el juez federal James Whittemore se negó el martes a ordenar la reinserción de la sonda alimenticia que mantenía viva a Terri.
La Casa Blanca lamentó el fallo.
El gobierno de George W. Bush «hubiera preferido otro fallo», dijo el vocero presidencial Scott McClellan en Albuquerque, Nuevo México, donde Bush visitaba un centro de jubilados.
«Esperamos que (los padres de Terri Schiavo) obtengan alivio mediante el proceso de apelaciones», añadió McClellan.
El fallo siguió a la firma por parte del presidente Bush de una ley que aprobó el Congreso para que el caso pasase de la jurisdicción estatal a la federal. La intervención del Congreso y del presidente despertó denuncias de que el gobierno estaba entrometiéndose en un caso judicial y privado.
Whittemore dijo que los padres de la paciente de 41 años, Bob y Mary Schindler, no demostraron la existencia de una «posibilidad sustancial de que pueden tener éxito» en un juicio con base a los argumentos del caso.
Whittemore escribió que «los intereses de la vida y la libertad» de Terri Schiavo han sido protegidos por los tribunales de la Florida. Pese «a estas dificultades y circunstancias apremiadas por el tiempo», agregó, «esta corte se ve limitada a aplicar la ley con base a los hechos que le han sido presentados».
Rex Sparklin, el abogado de la firma que representa a los padres de Terri Schiavo, había dicho que su bufete preparó de inmediato la apelación «para salvar la vida de Terri». Ese tribunal estudia ya una apelación de si el derecho de Terri Schiavo al proceso debido ha sido violado.
Bobby Schindler, hermano de Terri Schiavo, dijo a la cadena de televisión ABC que su familia quedó estupefacta por el fallo. «Ver a mis padres vivir esto es absolutamente barbárico», agregó, «me gustaría que estos jueces estuviesen presentes en la habitación para que también vieran lo que sucede».
La sonda alimenticia fue retirada el viernes por orden de un juez estatal, lo que dio pie a un ajetreado fin de semana por parte de los legisladores, encabezados por los republicanos, que aprobaron un proyecto de ley para que el caso de Terri Schiavo pueda ser considerado por un tribunal federal. Bush, republicano, firmó la ley casi inmediatamente.
Terri Schiavo no tenía últimas voluntades. Su esposo, Michael Schiavo, litigó en los tribunales durante años para que le fuera retirada la sonda alimentaria porque, según él, su esposa no querría haber seguido viviendo de forma artificial, sin esperanza de recuperación. Sus padres sostienen que ella responde a estímulos y que su estado podría mejorar.
David Gibbs, abogado de los padres, sostuvo en una audiencia efectuada el lunes y presidida por Whittemore que matar de hambre y de sed a Terri Schiavo sería un «pecado mortal» según las creencias católicas y pidió una resolución rápida porque «Terri podría morir mientras hablamos».
Pero George Felos, un abogado de Michael Schiavo, sostuvo que mantener a la paciente viva viola igualmente sus derechos e insistió que el caso ha sido ampliamente revisado por los tribunales estatales.
«Sí, la vida es sagrada», dijo Felos, «pero también la libertad, especialmente en este país».
Terri Schiavo sufrió un daño cerebral irreversible en 1990, cuando su corazón se detuvo brevemente, a raíz al parecer de un desequilibrio de potasio en su sangre debido a un desorden de alimentación que parecía. Puede respirar por cuenta propia, pero necesita la sonda alimentaria para seguir con vida.