BOGOTA (AFP).- El presidente colombiano, Alvaro Uribe, dijo ayer, lunes, que si la guerrilla de las FARC declara un cese al fuego, está dispuesto a desmilitarizar una zona “mas extensa” que el territorio de 180 km2 propuesto por tres países europeos en diciembre pasado para negociar.
“Si llegare a haber una decisión de las FARC en favor de la paz, que aceptaran un cese de hostilidades, yo no tendría inconveniente en aceptar una zona de ubicación más extensa que la que se había definido con los países europeos para el acuerdo humanitario”, declaró Uribe a Radio Caracol.
Uribe, quien se presentará a la reelección el 28 de mayo, aseguró al inicio de su gobierno en 2002 que no cedería “un centímetro de territorio” a los terroristas, criticando el despeje de 42.000 km2 que había hecho su antecesor Andrés Pastrana (1998-2002) para un frustrado diálogo con las FARC.
El mandatario señaló este lunes que el territorio a desmilitarizar serviría para discutir el intercambio humanitario o el inicio de un proceso de paz con la mayor guerrilla del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas). “Si gano la reelección, voy a hacer un llamado para que las FARC reconsideren su actitud, renuncien a la violencia y piensen con toda seriedad en la necesidad de construir la paz”, subrayó.
Uribe tomó como base de su nueva oferta un área de 180 km2 en el departamento de Valle (suroeste), de donde anunció en diciembre que retiraría las tropas para facilitar la negociación de un canje de 58 secuestrados por 500 rebeldes presos, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.
Ese despeje, con veeduría internacional, fue propuesto por Francia, España y Suiza, y prevé igualmente el retiro de la guerrilla.
En una declaración posterior, el jefe de Estado precisó que sería una “zona de encuentro” y que no estaría bajo control rebelde como ocurrió con los 42.000 km2 que Pastrana dejó en manos de las FARC entre 1999 y 2002.
Los rebeldes han advertido que no dialogarán con Uribe, a quien acusan de representar la “guerra irracional” y a los paramilitares de ultraderecha, al tiempo que han llamado a no reelegirlo.
“Soy el presidente más odiado por la guerrilla, el que más la ha combatido, pero también el que más garantías ha dado para un diálogo”, dijo Uribe, refiriéndose al segundo grupo insurgente, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con el que mantiene un diálogo exploratorio en Cuba.
“Estamos dispuestos a abrir todas las puertas para la negociación”, sostuvo el mandatario, quien lidera las encuestas con más del 50% de intención de voto, lo que le permitiría ganar en primera vuelta
Uribe recordó que su exigencia “siempre ha sido el cese de hostilidades” y dijo que si las FARC lo declaran ordenará a las Fuerzas Armadas obrar con reciprocidad. “El gobierno no es tramposo, no los voy a matar a mansalva (traición)”, prometió.
El presidente pidió a las FARC considerar como garantías para el diálogo el “avance en el desmonte del paramilitarismo (30.000 desmovilizados durante su gobierno) y el ejercicio libre de la oposición”, que citó como exigencias del grupo.