Normalmente, cuando concebimos un servicio de Seguridad Patrimonial en principio pensamos en Guardias de seguridad.
Ahora bien, un buen servicio de Seguridad Patrimonial debe considera entre otros los siguientes aspectos:
1. Un buen sistema perimetral (puede ser alambre, muro, obstáculo natural, etc.)
2. Un sistema de seguridad electrónico adecuado a la instalación que se deba proteger (puede ser CCTV, alarmas perimetrales, sistemas infrarrojos, etcétera)
3. Un buen servicio de vigiladores (guardias).
Resuelto esto podemos (luego de un adecuado análisis de riesgos) determinar qué elementos de protección son los más adecuados para incorporar a la instalación que nos han dado a proteger.
De este análisis llegamos a un punto que considero de fundamental importancia: ¿el vigilador debe estar armado o no? He aquí un problema interesante a resolver, ya que según la instalación a proteger podemos vernos en la necesidad de contar con un vigilador armado y esta decisión conlleva varios aspectos importantes a considerar:
1. ¿El personal de vigilancia esta capacitado para portar armas?
2. ¿Cuáles son las consecuencias legales para la instalación que protejo en caso de un uso indebido del arma?
3. ¿Existen probabilidades de accidentes con armas por parte de los vigiladores? ¿Cómo impacta esto en la empresa a proteger?
Sin embargo existe un elemento que en general no esta muy difundido y que permite por un lado cubrir la necesidad de tener un vigilador “armado” y por otro minimizar los riesgos de accidentes o usos indebidos de las armas y es el perro o can para vigilancia.
Cuando me hice cargo del puesto de Gerente de Seguridad Patrimonial de una gran empresa de Aceros en Argentina, entre los aspectos que consideramos fue el de la utilización de personal armado para brindar la protección de las Plantas Industriales.
Dada mi experiencia como militar retirado del Ejercito descarte esta posibilidad dados los altos riesgos a los que nos encontraríamos expuestos en ese sentido.
Sin embargo el tiempo paso y los problemas de intrusiones para robos se incrementaban y el vigilador desarmado se encontraba vulnerable ante la presencia de mas de un vándalo que ingresaba y en algunas ocasiones hasta llegaban a la agresión.
Se llego entonces a evaluar la posibilidad de utilizar canes para ser usados como un “arma” en caso de una eventual agresión por parte de los vándalos hacia los guardias. No fui un entusiasta defensor de esta posición dados prejuicios que tenia en alguna experiencia anterior con perros que había adquirido en mi paso por el Ejercito, sin embargo tome la decisión de realizar una prueba piloto al respecto.
A partir de ese momento me aboque a buscar alguna empresa que se dedicara al tema y una vez contactada la provisión de un can para probar los resultados.
Cuan grande fue mi sorpresa al comprobar los resultados altamente positivos con la utilización de este recurso a saber:
1. El perro para vigilancia es una compañía para el vigilador que lo conduce.
2. Ve donde el ser humano no puede ver, lo mismo en cuanto al olfato y escucha, es decir detecta un intruso antes que el medio técnico o humano lo haga.
3. Ante una agresión es usado como un elemento altamente dilusivo.
4. El perro de vigilancia no se duerme, no acepta dávidas y no se aburre. Esta siempre atento y vigilante y fundamentalmente no tiene asociaciones gremiales
5. Es un elemento altamente disuasorio, ya que los vándalos al detectar la presencia de los perros tratan de evitarlos y no ingresan a los predios a proteger.
6. Es sensiblemente mas económico que un vigilador
Quedaban sin embargo algunos aspectos a resolver:
1. Instrucción de los vigiladores caneros
2. Adecuación de instalaciones para el descanso de los canes
3. Alimentación, baño y apoyo veterinario a los canes.
4. Elementos para apoyo ( correas, bozales, etc)
Fuente: forodeseguridad.com