FABIOLA SANCHEZ
Associated Press
CARACAS – El gobierno declaró el estado de «emergencia» en Caracas y seis de los 23 estados del país para agilizar el envío de recursos y equipos que permitan atender a los 4.000 afectados que dejaron las torrenciales lluvias de los últimos dos días, dijo el miércoles el ministro de Información, Andrés Izarra.
Izarra expresó a la prensa que fue «declarada formalmente la emergencia» en los estados Aragua, Carabobo, Falcón, Miranda, Vargas, Yaracuy y la capital venezolana.
El ministro señaló que próximamente se destinarán «recursos extraordinarios» para atender la emergencia en Caracas y los seis estados de la región centro-oeste del país.
Los cuerpos de seguridad han reportado hasta el momento 13 muertos por las fuertes precipitaciones.
Osmel Ramos, alcalde de la población costera de Puerto Cabello, informó que en esa localidad, que está a unos 300 kilómetros al oeste de Caracas, fallecieron el martes ocho personas debido al derrumbe de una montaña y al desbordamiento de los ríos.
En la capital venezolana se reportaron tres decesos, y en los estados centrales de Aragua y Miranda dos muertos.
El director nacional de Protección Civil, coronel del Ejército Antonio Rivero, expresó que la situación del estado costero de Vargas es difícil debido al derrumbe de varias montañas y la crecida de algunos ríos que han dejado incomunicadas las zonas este y oeste.
Gran parte del estado Vargas fue arrasado hace cinco años por severas inundaciones y deslaves. Las autoridades estiman que en esa tragedia natural murieron entre 6.000 y 10.000 personas.
Rivero dijo que Protección Civil está evaluando la posibilidad de pedir apoyo a la fuerza armada para enviar helicópteros y embarcaciones al este y oeste de Vargas y evacuar a las personas que están incomunicadas en esas zonas.
El ministro del Interior Jesse Chacón señaló que se estiman que unas 2.000 personas estarían varadas en el este y oeste de Vargas.
«Yo sólo recuerdo el momento en el que escuché el estruendo del derrumbe. Me puse muy nerviosa. Mi única desesperación era salvar a mis niños», dijo Nery La Cruz, una ama de casa de 27 años, al rememorar el momento en que debió salir de su humilde vivienda, junto a su bebé de cuatro meses y dos niños de 8 y 5 años, minutos antes que su casa fuera tapiada por un alud de tierra.
La Cruz es una de los 411 damnificados que fueron trasladados el martes al estadio cubierto de El Poliedro, ubicado oeste de la capital, luego que sus viviendas fueron arrasadas por derrumbes y crecidas de ríos.
«Ya no tengo nada que perder porque ya perdí todo», comentó Adul Medrano, un obrero de 41 años, mientras aguardaba sentado en una colchoneta, junto a su hijo de dos años, la hora de la comida en el refugio.
«Nunca pensé que me pasaría algo igual a lo que pasó en Vargas (en 1999). En esa oportunidad mi casa aguantó el aguacero… jamás pensé que se caería. Fue impresionante ver como el derrumbe jaló todo», dijo Medrano al relatar cómo fue destruida la modesta casa que construyó en un barrio pobre del oeste de Caracas.