Un padre entregaba a sus hijos a cambio de droga
Después de 3 años de haber salvado a 7 niños de abuso sexual y trata, Heidy Rodríguez se esfuerza por no llorar al recordar cómo llegaron a su vida.
Cuando llevaba siete años de casada, la hermana de su esposo los llamó pidiendo ayuda porque no tenía cómo alimentar a sus hijos. Además de enterarse de que tenía una cuñada, a Heidy la vida le cambió desde ese instante.
En contra de su esposo, accedió a ayudarla. «Fue terrible cuando los vi bajar del bus que los traía de Cúcuta. Eran una escalerita, el menor tenía 4 meses y el mayor, 6 años. Parecían salidos de una alcantarilla, no se sabía cuál era niño y cuál niña, estaban desnutridos y cuando los fui a bañar descubrí cicatrices de golpes. A unos les daba pena que los desvistiera. Lo peor fue cuando me di cuenta de que el de un año tenía el recto salido. Lo llevé a un Cami. Nunca había visto algo así. El médico me dijo que el pequeño había sido violado. Empecé a ver el horror que habían vivido los niños.
«Eran como animalitos y hacían chichí y popó en cualquier parte. Por averiguaciones supe que mi cuñada, de solo 35 años, había tenido 17 hijos. Uno se lo quitaron, otro se lo robaron, uno se le quedó en un bus… A medida que empezaron a tenerme confianza, los mayores me revelaron las cosas más espantosas. Cuando al papá se le acababa la droga se los dejaba a los jíbaros (vendedores de droga) varios días para que hicieran lo que quisieran con los mayores, de 4, 5 y 6 años. Cuando los recogía le pagaban con droga.
«El de 3 años, cuando llegó a mi casa, era muy inquieto y ansioso. Un día se tiró al piso temblando y decía a medialengua: ‘Quiero padeta’; le di paleta, pero no se calmaba. Lo que pedía era bareta. Ya era adicto».
Heidy también descubrió que, de niños, su esposo y su cuñada habían sido abusados por su papá. Y supo que su marido intentó violar a la hermana. Heidy también quiso ayudar a su esposo, pero él no dejó. Se separaron.
«Mi cuñada se iba a llevar a los niños de vuelta a Cúcuta, pero yo no los podía devolver a ese infierno». Fue a la Fundación Niños por un Nuevo Planeta, donde hay 80 pequeños.
La mayoría son abusados, y muchos, víctimas de trata: una niña de 12 años vendida para pornografía, un pequeño de 8 que raspaba coca y varios que eran alquilados para pedir plata en los semáforos.
Heidy tiene la custodia de los sobrinos políticos. La cuñada tuvo gemelos el año pasado y en diciembre tendrá otro niño.
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