Equipos de rescate en el Antártida intentan rescatar a dos científicos argentinos que cayeron hace tres días en una grieta.
Se trata de Augusto Thibaud, bioquímico, y Teófilo González, marino, quienes trabajan en la base argentina de Jubany.
Las grietas de la zona pueden tener más de 30 metros de profundidad, un edificio de 10 pisos.
Todo ocurrió en la mañana del sábado (hora local) cuando ambos regresaban de trabajar en la base uruguaya de la isla 25 de Mayo, en la Península Ártica Chilena.
El jefe de la base Jubany, Jorge Alejandro Pavón, y los suboficiales Mario Leonhardt y Alejandro Carbajo también formaban parte de la expedición.
Los cinco atravesaban un campo de hielo en tres vehículos cuando el primero, donde estaban Thibaud y González, desapareció ante sus ojos.
Al resto del grupo apenas si le dio tiempo de detenerse y quedar al borde de una grieta de hielo que parecía no tener fin.
Sus compañeros estaban allí adentro y no daban señales de vida.
Y es que las grietas de hielo -comunes en la zona- pueden tener hasta 30 metros de profundidad. Es decir, un edificio de 10 pisos.
El jefe de la base y los suboficiales estaban a 7 kilómetros de la base coreana King Sejong y a unos 12 de Jubany. Pidieron ayuda pero se quedaron en la zona para poder rescatar a sus compañeros.
Operación de rescate
Más de 30 horas pasaron al lado de la grieta, tratando de tener noticias del científico y el marino, ayudados por el equipo de rescate que les dejó un helicóptero de la Fuerza Aérea Chilena.
Las condiciones climatológicas empeoraron y una tormenta de nieve, con vientos de hasta 60 kilómetros por hora, no sólo dificultó la labor de los tres sobrevivientes, sino que ellos mismos se encontraron en la situación de no poder ser evacuados a un lugar seguro.
Los expedicionarios rescatados hicieron una inspección ocular de la grieta en la que cayeron sus compañeros y no lograron ver el fondo (…) Y si a eso se suman las condiciones meteorológicas extremas y a que no se recibió respuesta de las comunicaciones radiales, la cuenta da posibilidad cero
Portavoz de la DNA
En todo ese tiempo Pavón, Leonhatt y Carbajo no pudieron oír ni ver a sus compañeros, y cuando pasó el temporal, fueron llevados a la base chilena Frei.
Para la Dirección Nacional de la Antártida Argentina (DNA), lo más probable es que Thibaud y González hayan muerto.
«Los expedicionarios rescatados hicieron una inspección ocular de la grieta en la que cayeron sus compañeros y no lograron ver el fondo (…) Y si a eso se suman las condiciones meteorológicas extremas y a que no se recibió respuesta de las comunicaciones radiales, la cuenta da posibilidad cero», explicó un portavoz de la DNA al diario argentino La Nación.
En esta época del año, las noches en la Antártida pueden tener temperaturas de 5 grados centígrados bajo cero, con una sensación térmica de 15 grados bajo cero.
Aún cuando los dos accidentados llevaban equipos para protegerse del frío y pernoctar al aire libre, la agencia de noticias EFE tiene versiones de que el abrigo que portan no es suficiente para soportar tanto frío.
Si las condiciones climáticas lo permiten, este lunes continuarán las labores de rescate coordinadas por dos grupos de especialistas de la DNA y del Comando Ártico del Ejército argentino.