Associated Press
WASHINGTON – Las autoridades reguladoras de Estados Unidos están tratando de cerrar una compañía que dicen instaló programas espía o «spyware» en las computadoras de cibernautas sin que los usuarios se dieran cuenta, dejándolos desvalidos ante un diluvio de anuncios automáticos, fallas en sus computadoras y otras molestias.
La Comisión Federal del Comercio (FCC, según sus siglas en inglés) acusó a Walter Rines de Stratham, Nueva Hampshire, y a su compañía, Odysseus Marketing, de atraer a cibernautas con la promesa de regalarles programas que les permitirían compartir archivos por la internet de manera anónima.
La FCC sostiene que la promesa fue falsa, pues el programa que descargaban los usuarios venía acompañado de «spyware», que quedó guardado en sus computadoras.
El «spyware» se ha vuelto un creciente problema en la internet. Varias organizaciones han exhortado al Congreso para que cree legislación al respecto y que se refuerce la capacidad de los reguladores federales para aplicar la ley.
El «spyware» incluye una amplia categoría de programas informáticos, que pueden instalarse en la computadora de un usuario mientras lee correos electrónicos inseguros o visita ciertas páginas de la red.
Algunos de esos programas son capaces de registrar las costumbres de los cibernautas al navegar o incluso copiar información personal, de allí que se les considere genéricamente como «espías».
Rines ha dicho que no hizo nada malo y que los usuarios estaban totalmente conscientes de lo que estaban descargando en sus máquinas. La FCC dijo que la compañía sí revelaba la instalación de «spyware» a los usuarios, pero que la información estaba casi oculta en su página de la internet.
La FCC dijo también que resulta casi imposible quitar el «spyware» de las computadoras afectadas. Rines, agregó, ofrecía un programa para eliminar este tipo de programas, pero no sólo no funcionaba, sino que en realidad instalaba programas adicionales.
La comisión acusó a Rines y a su compañía de cometer prácticas injustas y engañosas que violan la ley federal. Le pidió a un juez federal de Nueva Hampshire una orden temporal que le prohiba seguir operando, mientras trata de suspender de forma permanente su operación.