Las autoridades guatemaltecas iniciaron una investigación sobre la fuga de 19 presos de una prisión de alta seguridad, ocurrida el sábado pasado.
Los enfrentamientos entre maras en las cárceles son comunes.
Los 19 reos -considerados de alta peligrosidad- cavaron un túnel de unos 120 metros de longitud, el cual empezaba en una de las celdas y finalizaba a tres metros de la cerca eléctrica que rodea el penal de Escuintla.
Al parecer, los reclusos trabajaron más de seis meses en el túnel.
El gobierno también ofreció recompensas de entre US$3.000 y US$6.000 a quienes provean información que conduzca a la recaptura de los prófugos, algunos de los cuales pagaban sentencias de 50 años por asesinato y secuestro.
«Ya alertamos a todos los puestos fronterizos del país para evitar que se escapen», dijo a la radio local el ministro de Gobernación, Carlos Vielmann.
Se supo que dos de los fugados fueron aprehendidos de nuevo el mismo sábado.
Retiro y maras
El director del penal, Francisco de la Peña, fue retirado de su cargo luego de conocerse la fuga.
Además, cerca de 20 integrantes del personal de guardia y de servicio de la prisión fueron detenidos para ser investigados.
La prisión de Escuintla se encuentra a unos 70 kilómetros al sur de Ciudad de Guatemala y es conocida como «El Infiernito».
En junio de 2001, 70 internos escaparon del mismo penal en medio de un intenso tiroteo, que dejó tres muertos y varios heridos.
Se indicó que la mayoría de los prófugos del sábado forman parte de las temidas bandas callejeras conocidas como maras, las cuales han proliferado en varios países de Centroamérica.
En los últimos meses, rivalidades entre las diferentes bandas de maras han provocado la muerte de decenas de personas en centros de detención guatemaltecos.