Agence France Presse
LA PAZ
La justicia boliviana abrirá una investigación sobre un presunto plan golpista alentado por el partido del candidato Evo Morales, favorito en la intención de voto, a pedido de su principal rival, el derechista Jorge Quiroga.
El gobierno del presidente transitorio Eduardo Rodríguez pidió, a instancia de Quiroga, que la Fiscalía abra una pesquisa para identificar a jefes militares y policiales involucrados en la supuesta conspiración.
La iniciativa sigue a explosivas declaraciones de un importante dirigente campesino del Movimiento Al Socialismo (MAS), de Evo Morales, que amenazó con que el líder cocalero asumirá «por la buenas o por las malas».
El campesino quechua Román Loayza caldeó el ambiente electoral al declarar que existen conversaciones con jefes militares y policiales para instalar igualmente a Morales en el sillón presidencial si no logra asumir democráticamente tras los comicios generales dentro de 15 días.
»Quiroga no va a aguantar ni seis meses (..) para eso ya tenemos conversado con algunos militares y algunos de la Policía. Posiblemente sin echar sangre vamos a entrar a palacio (de Gobierno)», advirtió Loayza.
El MAS condenó de inmediato la declaración del senador saliente.
El partido de Morales deploró además que Rodríguez «haya tomado una acción de revancha o venganza por el juicio de responsabilidades que presentamos la anterior semana, por el tema de los (28) misiles entregados ilegalmente (para su desactivación) a los Estados Unidos».
»Solamente así podemos entender que un magistrado como es Eduardo Rodríguez cometa el error de inmiscuirse en la función de un órgano independiente como es el ministerio público», protestó.
El proceso contra el mandatario fue solicitado al ministerio público por el propio Morales bajo el supuesto de que el mandatario autorizó la misma, aunque posteriomente el comandante del Ejército, general Mauricio Antezana, asumió toda la responsabilidad de los sucesos.
Luego de la denuncia judicial, Rodríguez pidió en carta abierta al ministro de Defensa, Gonzalo Méndez, y al jefe de las Fuerzas Armadas, almirante Marco Justiniano, una investigación del caso.
El MAS ve también »con gran preocupación que el presidente de la República entró en campaña, a favor de una de las formaciones políticas de la derecha tradicional y neoliberal», en alusión a Podemos, la agrupación de Quiroga.
Morales lidera con 33 por ciento las intenciones de voto, 6 por ciento más que su principal contendor, el ex presidente derechista Jorge Quiroga.
En tanto, las campañas preelectorales ingresaban en su recta final con una dura artillería propagandística y spots publicitarios en la televisión con frontales ataques entre candidatos, rasgo dominante que obligó a la Corte Nacional Electoral (CNE) a suspender varios de ellos.
La campaña de Quiroga efectuará en las dos semanas que preceden a las elecciones intentar demostrar que Morales »representa un peligro, va a tratar de extremar esfuerzos para crear pánico», según el politólogo Henry Oporto.
»La ciudadanía no tiene que esperar que se vaya a ampliar el debate con el enriquecimiento de propuestas», vaticinó el analista Carlos Cordero.
Según ambos analistas independientes la »guerra sucia» entre ambos candidatos, que mantienen polarizado al país, se intensificará y reemplazará a las propuestas.