En batalla por la coca, 15 muertos dejan los enfrentamientos entre paras y Farc en Nariño
Uno de los grupos paramilitares de tercera generación se disputa con la guerrilla una trocha de 65 kilómetros por la que se mueve la droga.
La sentencia bajó por la trocha que lleva de Policarpa al mar Pacífico: el paro de los cultivadores de coca traerá muertos. Y así se está cumpliendo, porque en menos de una semana ya van 15 muertes confirmadas.
De los campesinos que salieron a reclamar por las fumigaciones con glifosato y estuvieron en la protesta hasta el domingo 21 de mayo en Pasto, por lo menos 35 se perdieron en el regreso.
Por la trocha de 65 kilómetros, que empieza en la carretera Panamericana (en Taminango), se mueven el negocio de la coca y la guerra entre las Farc y el nuevo grupo paramilitar que se identifica como Ong, ‘Organización Nueva Generación’.
En abril ese camino se agitó con las fumigaciones de glifosato en el corregimiento Sánchez, donde se mueve el frente 29 de las Farc; y luego con la erradicación manual en los alrededores de Policarpa, con predominio paramilitar.
Una marcha, en la mira
La movilización de campesinos bajó el 15 de mayo por la trocha paralela al río Patía, rodeada de abismos y campos minados. Para cruzar esos escasos 65 kilómetros se necesitaban más de cinco horas en carro, por lo estrecho, embarrado y empinado del camino.
Pero más que eso, por la obligación de pedir permiso a los grupos armados.
Al salir, los marchantes se encontraron en las afueras de Sánchez con guerrilleros y más adelante con algunos paramilitares que los apoyaban.
Pero 20 kilómetros más allá, en una curva, los ‘paras’ de la ‘Ong’, que exhibían en una mesa sus pistolas cromadas, les ordenaron devolverse.
Y solo 12 kilómetros arriba, cerca de Policarpa, la Policía y el Ejército también buscaron atajarlos.
Pese a todo, unas 5.000 personas llegaron a la Panamericana. Esa carretera internacional, en Remolino (Taminango), vivió una batalla, con más de 100 lesionados, entre ellos 12 uniformados.
La protesta se fue hasta Pasto. Acnur pidió que el retorno tuviera acompañamiento, pero muchos cultivadores se fueron a cuenta y riesgo. Esa misma entidad advirtió que un grupo armado interceptó en el camino a los campesinos.
Retorno de miedo
El regreso de unas 2.200 personas se retrasó por un combate en la trocha. El comandante de la Policía Nariño, coronel Henry Plazas, dice que hubo siete muertos en el sitio El Guamo del corregimiento Madrigal.
Otra versión indica que eran cinco raspadores de coca y dos paramilitares que murieron en una finca.
El fin de semana en el río Patía, en el puerto de Sánchez, flotaron los cadáveres de cinco hombres, todos jóvenes. En la zona cuentan que podrían ser los pasajeros que fueron obligados a bajar en el retén de los ‘paras’.
“Por lo menos cinco cuerpos se fueron Patía abajo”, dicen varias fuentes. Los cadáveres han sido llevados a Policarpa. Hasta ahora han sido identificados Nelson Ojeda, de 23 años; Héctor Tovar, de 24; Alvenis Zamudio, de 25; Hernán Monje, de 33; Heriberto Lara, de 41; Franklin Díaz, de 30; William López, de 24, y Ruber Rodríguez, de 24.
Lo único que se sabe de ellos es que, como muchos otros, eran errantes de la coca. Venían de Antioquia, Meta, Valle, Cauca y Putumayo.
El gobernador nariñense, Eduardo Zúñiga, se ha declarado preocupado por el panorama social. De las 20.000 hectáreas de Policarpa, 12.000 tienen coca. Pero la frontera coquera cubre a Leiva, El Rosario, Cumbitara y sigue a El Charco. “La coca se trastea y ahora va hacia Chocó y Buenaventura”, dice una fuente oficial. Pero no se irá fácil de la cordillera Occidental.
Por los caminos de Policarpa no dejan de moverse las canecas azules de combustible, los bultos de cemento y cal. En los ‘retenes’, según testimonios dados a este diario, se pagan cuotas entre 100.000 y cuatro millones de pesos.
Los cultivadores no dejan de buscar atajos para llevar los bultos de hoja de coca, aunque en medio de esta pugna el precio haya bajado de 30.000 a 5.000 pesos.
JOSÉ LUIS VALENCIA
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
POLICARPA (NARIÑO)
