Viena. — El conflicto con Irán por su controvertido programa nuclear ingresó ayer en una nueva fase al establecer la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea) que Teherán continúa su actividad atómica pese a que ayer venció el plazo fijado por el Consejo de Seguridad de la ONU para suspenderla. “Irán no suspendió sus actividades de enriquecimiento de uranio”, constató la Aiea en el informe hecho público ayer en Viena. “Irán no emprendió las verificaciones pendientes desde hace mucho tiempo, ni proporcionó la transparencia necesaria para eliminar incertidumbres asociadas con algunas de sus actividades”.
El documento circuló entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y los Estados adscriptos al organismo. La resolución 1696 establecía como plazo máximo para la suspensión de los trabajos de enriquecimiento de uranio en Irán el 31 de agosto. En caso de no atender la demanda de la comunidad internacional, el país persa podría enfrentarse a sanciones. Las potencias occidentales temen que los trabajos de Irán pueden llevar a la construcción de armas atómicas.
Pocas horas antes de que venciera el ultimátum de la ONU, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, reafirmó su posición inamovible en la disputa por el programa nuclear. “El mundo debe saber que Irán no se doblegará ante la presión y no dejará que lo aparten de sus derechos nucleares fijados internacionalmente”, dijo el mandatario en un discurso televisado.
Posteriormente, el presidente de EEUU, George W. Bush, dijo que Irán debe enfrentar las consecuencias de su rebeldía y añadió que el mundo sufre una amenaza grave del régimen radical en Irán. La actitud de Irán es “desafiante”, dijo el mandatario norteamericano frente a una asociación de veteranos de guerra en Salt Lake City, ya que rechazó una “propuesta razonable” de la comunidad internacional, que le ofreció compensaciones técnicas y económicas si abandonaba el enriquecimiento. “No debemos permitir a Irán desarrollar armas nucleares”, dijo Bush, que de todas formas aseguró que EEUU seguirá aferrándose a una solución diplomática de la disputa.
¿Fines pacíficos?
No obstante las amenazas, Irán se mostró firme en su postura, asegurando que desea la energía atómica para generar electricidad, pese a que escondió durante casi 20 años sus investigaciones a los inspectores de la ONU y ha dificultado sus pesquisas desde que se supo de su programa.
Con el vencimiento del ultimátum, en Nueva York comenzaron intensas negociaciones sobre posibles sanciones. Pero los observadores políticos advirtieron que podrían pasar semanas hasta que el Consejo de Seguridad reaccione. Rusia y China, miembros permanentes del máximo órgano de Naciones Unidas, ya se han manifestado en varias oportunidades en contra de medidas punitorias.
El embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, afirmó ayer que “la Aiea le mostró la tarjeta roja a Irán. Irán se opone a la comunidad internacional e intenta acceder a la posesión de armas nucleares”. Ahora, según declaró Bolton, el Consejo de Seguridad debe establecer sanciones. El diplomático aseguró que incluso Rusia y China se comprometieron a sancionar a Teherán en la resolución aprobada a fines de julio y ahora no tienen otra opción.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, admitió que las negociaciones en el Consejo de Seguridad para consensuar sanciones contra Irán “tomarían cierto tiempo”. “Hay unanimidad de opinión de que Irán debe enfrentar consecuencias por su continuo desafío a la comunidad internacional”, subrayó.
Los cinco miembros permanentes del Consejo y Alemania se encontrarán en principio la próxima semana en Berlín. El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE) dialogó ayer telefónicamente con el negociador jefe iraní en materia nuclear, Ali Lariyani, y acordaron reunirse en los próximos días, revelaron fuentes diplomáticas en Finlandia, actual presidente pro témpore del bloque de los 25.
El llamado protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear da a la Aiea amplios poderes para llevar a cabo inspecciones inmediatas en instalaciones nucleares de las que sospeche que se están utilizando para producir armas nucleares. “El organismo sigue incapaz de hacer más progresos en sus esfuerzos de verificar la corrección de las declaraciones de Irán con objeto de confirmar la naturaleza pacífica de su programa nuclear”, advierte el informe.
Además, se continuó con la construcción de una nueva cascada de centrifugadoras para el enriquecimiento, que según datos de Irán podrían ponerse en funcionamiento en septiembre.
EEUU cree que Irán, al que Bush acusó también de apoyar a la guerrilla islámica de Hezbolá, está intentando construir la bomba atómica, aunque los persas insisten en que los fines de su programa son únicamente civiles.
En cualquier caso, según la cadena estadounidense CNN, Teherán no suspendió el proceso de enriquecimiento de uranio, pero tampoco lo mejoró ni cuantitativa ni cualitativamente.