Se trata de un joven de 23 años, a quien su parentesco le habría costado tres atentados. La carta dental es también decisiva en la identificación de Castaño.
«Búsquelo, es igualito a Castaño, apenas se lo encuentre se dará cuenta de que es él», dicen calle tras calle en Amalfi, en el nordeste de Antioquia, al referirse a un hijo desconocido del desaparecido jefe paramilitar Carlos Castaño, el hijo no reconocido.
Luego de una hora de recorrer esas calles y preguntar por Felipe*, una figura maciza y el inconfundible movimiento de las manos en jarras del paramilitar, indican que ese es el hijo. «Ella quiere hablar con usted» -le dice un amigo suyo. «¿Para qué me necesita?», pregunta él. «Quiere conversar sobre su papá».
«Yo de eso no puedo hablar», dice, pero cuenta que en los meses siguientes a la noticia del presunto ataque no dejó de escribirle al correo electrónico. Luego, los rumores fueron tan fuertes que desistió.
Aunque Castaño sólo le enviaba dinero para su manutención desde 2003, hoy es una de las claves para identificar al ex jefe paramilitar. La Fiscalía le tomó pruebas de ADN el fin de semana.
Los restos fueron hallados en un predio del corregimiento Guasimal, de Montería, en el Alto Sinú. La ubicación fue entregada por el desmovilizado paramilitar Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’.
Los forenses del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) acudieron a pruebas de ADN. Un análisis de la carta dental indicaría en un 75 por ciento que sería él.
«El día del ataque todo se vio muy extraño en televisión e intenté llamar y le escribí por Internet, nadie contestó», recuerda Felipe, que se mueve en forma similar a Castaño pero no tiene su voz gruesa. A Castaño solo se le conocía su pequeña hija con Kenia Gómez, y otros dos hijos mayores que viven en el exterior por protección.
«Este muchacho fue una relación de juventud de Castaño con una señora», cuentan en este municipio.
Felipe tiene 23 años y realiza un curso de ganadería, una de sus pasiones. Hasta finales de 2004 seguía pensando que Castaño estaba desaparecido y no muerto. Ahora no se refiere al crimen y tampoco opina sobre Vicente Castaño, su tío, y quien debe aclarar su actuación en esa presunta muerte. «La última vez que hablé con mi papá fue en la Semana Santa de 2004, en Montería. Estuvimos con Kenia y la niña y montamos caballo», dice.
Felipe, de 1,60 de estatura, recuerda que su padre lo llamaba ‘joven’ y aunque tenían una relación de amistad, no hablaban de paramilitares. «No me interesa esa vida. Además, él me decía que se había metido a las autodefensas para defenderse y no quería que estuviera involucrado», dice.
Aun así, ser hijo de Castaño le ha traído problemas desde los 15 años. «En dos ocasiones me sacaron de la casa y en otra me dispararon en el abdomen y en el pecho. Luego intentaron secuestrarme otra vez», explicó.
Sin embargo, espera volver a vivir tranquilo y estudiar administración de empresas agropecuarias. Y quizá que por las pruebas saber si su padre está muerto.
*Nombre cambiado por razones de seguridad
Más indicios de que sí es el jefe ‘para’
Dos nuevos indicios tiene el equipo de criminalística que analiza los restos humanos que se presume pertenecen al Carlos Castaño, el hombre a quien las autoridades le atribuyen algunos de los más sonados crímenes selectivos y masacres ocurridas en Colombia en los últimos 20 años.
Según la Fiscalía, un hijo del jefe paramilitar, cuya identidad mantienen en reserva, les confirmó que lo había visto ocho días antes de su desaparición y este presentaba una fractura en el brazo izquierdo debido a un accidente en una lancha.
Ese mismo tipo de lesión aparece en los huesos hallados por el CTI de la Fiscalía el viernes pasado en la vereda Guasimal (Córdoba).
Así mismo, los investigadores hallaron coincidencias de forma y tamaño al comparar, mediante programas de computador, el cráneo y otras partes de la osamenta, con fotos de Carlos Castaño.
Ayer, un equipo de la Fiscalía trabajaba en la carta dental y en las pruebas de ADN, que son definitivas en estos casos.
Aunque inicialmente se habló de tres meses, esta semana la Fiscalía podría revelar el resultado de las pruebas de ADN, las cuales se facilitaron debido a que las autoridades guardaban una muestra genética de Carlos Castaño, usada durante un caso de paternidad del jefe paramilitar.
‘Los decretos salen esta semana’: Holguín
La idea del presidente Álvaro Uribe de «socializar» los decretos reglamentarios de la Ley de Justicia y Paz, a través de Internet, no dio los resultados esperados.
Fueron pocos los colombianos que atendieron el llamado a participar en el foro que se cerró ayer a las 6 de la tarde.
Aunque EL TIEMPO indagó ayer por el balance del experimento, no fue posible que la Casa de Nariño entregará información al respecto.
El ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, dijo que hasta el viernes en la noche solo supo de 30 personas que escribieron a la dirección electrónica habilitada para conocer los comentarios.
«No me hacía a la expectativa de muchas respuestas pues es un tema muy complejo, pero si creí que habría más participación», admitió Holguín.
En todo caso, los mensajes -agregó el ministro- si aportan algo importante los tendrá en cuenta el equipo del Gobierno que viene trabajando en la redacción de los decretos. «Los vamos a mirar y esperamos sacar los decretos esta semana. Creo que ya es suficiente consulta», dijo.
De otra parte, hoy, en zona rural de Valledupar, los presidentes del Senado, Dilián Francisca Toro, y de la Cámara, Alfredo Cuello, junto a miembros de las comisiones de Paz del Congreso y el Comandante de la Policía del César, recibirán a Rodrigo Tovar, alias ‘Jorge 40’.
Hacia las 8 de la mañana, el jefe paramilitar, quien solo aceptó la mediación del Congreso, será recluido en el comando de Policía de Valledupar. En la entrega no estará el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo.
CATALINA OQUENDO B.
ENVIADA ESPECIAL DE EL TIEMPO
AMALFI