Camarero revela detalles del envenenamiento de espía ruso
El veneno que mató al ex espía ruso Alexander Litvinenko estaba en su té, dijo un camarero que atendió la mesa del hombre en el bar de un hotel.
El relato del testigo publicado este domingo en el diario The Sunday Telegraph es el primero que se hace público y ofrece nuevos detalles sobre cómo habría sido suministrado el veneno, una sustancia altamente radiactiva llamada polonio-210.
El incidente ha tensado las relaciones entre Londres y Moscú, y el domingo, la cancillería dijo que Gran Bretaña estaba «considerando seriamente todas sus opciones» con respecto al caso.
Norberto Andrade, el principal barman del Hotel Millennium de Londres, expresó que cree que fue distraído de manera deliberada mientras intentaba servir un gin-tonic en la mesa donde estaba sentado Litvinenko junto a Andrei Lugovoi, un empresario ruso y ex agente de la KGB, y otros dos rusos: Dmitry Kovtun y Vyacheslav Sokolenko. Sucedió el 1 de noviembre del 2006.
Aunque no vio que sucediera, Andrade declaró al Telegraph que creía que en ese momento alguien colocó el veneno en una tetera que tenía té verde en la mesa. Dijo que posteriormente los investigadores le expresaron que se encontraron rastros del veneno en la mesa, el piso y un cuadro que estaba encima del lugar donde permanecía sentado Litvinenko. Eso lo llevó a pensar que el veneno fue pulverizado con un atomizador.
«Cuando estaba llevando el gin-tonic a la mesa, me obstruyeron», dijo el camarero al diario. «No pude ver lo que estaba pasando, pero pareciera que esa distracción fue muy deliberada. Me dificultó llevar la bebida».
Andrade manifestó que «fue el único momento en que la situación pareció poco amistosa y algo sucedió en ese momento».
Luego, cuando llegó a la mesa, Andrade dijo que se dio cuenta de que el té estaba más amarillo y más «espeso, parecía empalagoso».
Litvinenko, que se había convertido en un severo crítico del Kremlin, se enfermó posteriormente y fue trasladado a un hospital de Londres. Falleció el 23 de noviembre, y en una declaración en su lecho de muerte responsabilizó al presidente ruso Vladimir Putin por su matanza, acusación que Moscú ha rechazado.
Gran Bretaña ha buscado la extradición de Lugovoi para enjuiciarlo por la muerte, pero la semana pasada Rusia negó formalmente el pedido. El primer ministro Gordon Brown manifestó el martes que las autoridades británicas consideraban la forma en que responderán.
AP