Incendios borran del mapa a pueblos del sureste de Australia
Kinglake, Australia.- Al menos 108 personas han muerto en los incendios forestales que arrasan el sureste de Australia, los más mortíferos de la historia del país y que el primer ministro, Kevin Rudd, calificó de «infierno en todo su furor».
Geoff Russell, portavoz del Departamento de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, informó que el balance de víctimas aumentó a 108 personas, aunque reconoció que las autoridades temen que siga creciendo a medida que los servicios de rescate retiren escombros y restos de las viviendas destrozadas por el fuego, señaló AFP.
Los servicios de emergencia luchan contra 31 incendios a lo largo del estado Victoria (sureste), algunos de los cuales han arrasado ciudades enteras.
Muchos de los fallecidos murieron en el interior de sus carros cuando trataban de huir de las llamas y otros perecieron al tratar de salvar sus viviendas.
Miles de supervivientes se encuentran refugiados en edificios públicos y escuelas, mientras bomberos, soldados y servicios de emergencia luchan contra los incendios, en medio de una ola de calor sin precedentes.
Las llamas devastaron ya 3.000 kilómetros cuadrados, una superficie similar a la de Luxemburgo o tres veces Hong Kong.
Son los peores y más mortíferos incendios de la historia del país, superando los registrados en 1983 en los estados de Victoria y Australia Sur, que causaron la muerte de 73 personas.
«El infierno en todo su furor se ha abatido sobre la población del estado de Victoria desde hace 24 horas. Muchos han muerto, muchos han resultado heridos», señaló el primer ministro.
El Gobierno ordenó el despliegue de unidades del Ejército para ayudar a los 3.000 bomberos ya movilizados.
La mayor parte de los muertos este fin de semana se registraron en la región de Melbourne, la segunda ciudad de Australia, en el estado de Victoria.
Una aldea situada al noroeste de Melbourne fue totalmente arrasada por el fuego. «Marysville, que era una de las aldeas más bonitas de Victoria, incluso de Australia, acaba de desaparecer del mapa», lamentó Ivor Jones, sacerdote de Marysville.
Supervivientes describieron cómo una espesa nube negra de cenizas se extendió por el cielo, eclipsando el sol y que sólo dejaba filtrar un «horrible resplandor naranja», mientras que las llamas invadían sus casas.
Marie Jones se encontraba en casa de una amiga, en la localidad de Kinglake, cerca de Melbourne, cuando un hombre llegó acompañado de su hija, ambos gravemente heridos.
«Le colgaban trozos de piel y su hija pequeña también estaba quemada. Llegó diciendo: He perdido a mi esposa y a mi otro hijo, lo único que quiero es que salven a mi hija», declaró Jones.
Al menos 18 personas murieron en Kinglake, en cuya carretera de acceso se hallan numerosos carros calcinados, reducidos a esqueletos metálicos, que fueron abandonados por sus ocupantes al escapar del fuego.
La temperatura en toda Victoria es de 46 grados Celcius.
En el estado de Queensland, al noreste del país, dos personas se encuentran desaparecidas por las lluvias torrenciales caídas en la última semana, que han anegado un millón m2 e inundado 3.000 viviendas.