Uno de los retos que un nuevo gobierno tendría que enfrentar será neutralizar el accionar delictivo, además de las profundas reformas necesarias en las 4 principales instituciones que son la Policía, La Fiscalía, El Poder Judicial y el Sistema Penitenciario, iniciando luego de ello un repotenciamiento en cada una de ellas, tanto en recursos humanos como en equipamiento adecuado.
Paralelamente mientras ese trabajo a mediano y largo plazo ocurre, se debe trabajar incluyendo a los gobiernos regionales y locales. Además se debe incorporar a la sociedad en su conjunto con una campaña de propuestas preventivas.
Sera muy complicado bajar los indicadores de los delitos con las resistencias a cambios en el Ministerio del Interior. Se han propuestos siete puntos para mejorar la seguridad ciudadana, uno de ellos es que los alcaldes tengan la capacidad de elegir junto con el Ministerio del Interior a los comisarios. Según la policía es una medida que genera polémica ya que va en contra del ordenamiento vigente, además a nivel policial no hay consenso para su aprobación. Este planteamiento es viable y saludable utilizando requisitos para la elección de los comisarios, entre otros, que estos no posean antecedentes administrativos o judiciales, tener experiencia de tres años en una comisaria y haber tenido acciones destacadas en favor de la comunidad.
Los alcaldes deberían participar del nombramiento, evaluación y remoción si fuera el caso de los comisarios. El problema de fondo es que los policías no quieren depender de los civiles pero los alcaldes tienen derecho a evaluar con quien va a trabajar uno de los mayores problemas de la alcaldía. Según la Ley, los alcaldes presiden los comités de seguridad ciudadana y por ello deberían tener la facultad de sugerir y evaluar a los candidatos, además las cosas funcionarían mejor si hay una buena relación entre el alcalde y los comisarios.
Finalmente hay mucho que proponer y dialogar frente a un tema de inseguridad ciudadana que hoy afecta a la sociedad en su conjunto, pero que además es una necesidad permanente ya que el delito es la tónica habitual en muchas de nuestras ciudades.
Cesar Ortiz Anderson