Los índices delictivos en áreas públicas hacen que el ciudadano común se sienta temeroso de salir a la calle. Atracos, hurtos, violaciones, homicidios, agresiones y hasta secuestros, son delitos que se comenten sin que exista una solución al respecto. Esto ha dado pie para que los ciudadanos comiencen a vivir en desconfianza, resguardándose en sus hogares a tempranas horas, escondiendo
sus bienes y, en ocasiones, portando un arma.
Viven encerrados en una especie de gueto, ya que sienten desconfianza y paranoia al salir a la calle. Hay quienes han comenzado a darle la espalda al resto de la ciudad y su manera de vivir se ha modificado.