Ahora mutilan las ilusiones
Además de desconcierto, produce indignación el hecho de que el pasado 31 de julio, en Saravena (Arauca), al parecer miembros del Eln hayan robado 31 prótesis -conseguidas por Semillas de Esperanza, de la Fundación Cirec- con destino a niños y adultos mutilados, especialmente por minas antipersonales, en zonas rurales de ese departamento.
No hay certeza de que hayan sido los elenos los autores de tan bajo acto, pero son los primeros sospechosos, pues los delincuentes que asaltaron el camión que llevaba las prótesis se identificaron como miembros de esa guerrilla, y sus dirigentes no lo han desmentido. Un vocero de ese grupo dice no saberlo, porque está concentrado en las negociaciones de La Habana. Donde, a propósito, tampoco se ha llegado a un acuerdo sobre el desminado, que hace parte de las negociaciones con el Eln.
Sería doblemente cínico y paradójico que quienes ponen las minas y con ellas mutilan personas y les truncan el futuro, ahora les roben también las prótesis y las ilusiones de mejorar su calidad de vida, dejar vetustas muletas y poder desempeñarse mejor para ayudar a sus familias.
Ellos, así como el Cirec, esperan que quienes cometieron semejante canallada las devuelvan. Y es lo menos que pueden hacer, pues estos elementos, hechos sobre medidas, son vitales para unas personas cuya desgracia es vivir en áreas de conflicto.
Pero pasa el tiempo y cada vez la esperanza se aleja más.
¿Cómo entender que un grupo guerrillero como el Eln, que, según la Fundación Seguridad y Democracia, ha sembrado minas en 224 municipios, en el que todos sus combatientes son fabricantes de minas artesanales -y al que entre 1990 y el 2003 se le atribuyen 673 explosiones de minas-, cometa la atrocidad de robar las piernas y brazos artificiales para sus víctimas, especialmente campesinos de escasos recursos? Si fueron ellos, que las devuelvan ya mismo. No tienen excusas. Si no, que lo aclaren en forma convincente.
Deplorable, en todo caso, que en un país como el nuestro, que ocupa los primeros puestos en la macabra siembra de minas antipersonales, ahora agregue el insólito delito de robo de prótesis. Lo que faltaba.
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11 de Septiembre de 2007. Redactor de EL TIEMPO.