Las situaciones de toma de rehenes son complicadas y suponen muchos retos, ya que exigen una especial atención de los organismos de seguridad. En líneas generales, actúan “malos” y “buenos", secuestradores y secuestrados, donde los últimos son, generalmente, civiles inocentes involucrados. En otros casos, existen secuestros planificados con objetivos claros para alcanzar una meta específica, ya sean privadas, económicas y/o políticas.
Al prolongarse en el tiempo, existe una expectativa de resolver el caso exitosamente y sin daños. En algunos casos, han ocurrido tomas de rehenes muy cortas para alcanzar metas puntuales, como en el secuestro express, cuyo resultado depende mayormente de la conducta del secuestrado.
El éxito para resolver estos conflictos depende de:
1.- Los mínimos daños humanos causados.
2.- Los mínimos daños físicos causados, y
3.- Establecer un precedente para reducir el incentivo a posibles secuestros en un futuro.
Si en un procedimiento de toma de rehenes los secuestradores resultan heridos o muertos, se considerará como un fracaso.
No existen casos idénticos, y el éxito en uno no garantiza el mismo resultado en la próxima eventualidad. Por lo tanto, no existe una metodología que garantice el éxito en la resolución del conflicto.
El proceso de aprendizaje supone:
1.- Identificar a los componentes comunes a la mayoría de los casos.
2.- Determinar potenciales tendencias.
3.- Analizar y desarrollar una metodología para definir políticas sobre la toma de rehenes.
4.- Definir la infraestructura necesaria para alcanzar las políticas establecidas por los organismos oficiales.
Las estadísticas, la contabilización y el análisis de los datos acumulados de los secuestros anteriores, tanto nacionales como internacionales, así como el estudio de los fracasos y de los errores son importantes para reducir el tiempo de respuesta y optimizar el proceso para la resolución de estos conflictos.
El Estado de Israel ha pagado a lo largo de su historia un precio muy alto, y continuará pagándolo en el futuro, en especial cuando se trata de terrorismo con una base ideológica, nacional y religiosa extrema. Por otro lado, en el ámbito policial y criminal, el éxito que se ha obtenido en Israel es muy alto. Por lo que valen la pena la inversión de recursos y el desarrollo de habilidades en esta especialidad.