La seguridad ciudadana y los militares (25 al 31 de agosto de 2008)

La seguridad ciudadana y los militares
Como en las épocas de guerra, hoy, algunos países democráticos están utilizando las fuerzas militares para patrullar las ciudades, como es el caso de Italia, donde el gobierno de Silvio Berlusconi logró que el Senado aprobara una enmienda que destina 3.000 militares a patrullar las principales ciudades del país; en México y Brasil, los gobiernos no han dudado en su utilización para combatir la expansión del narcotráfico y la violencia que se genera en las principales ciudades; y en Colombia, que ha sido una práctica de los distintos gobiernos, incluidos algunos gobiernos locales de izquierda.
¿Qué mueve a las autoridades a confundir los ámbitos de acción de las fuerzas militares y de las policías, cuando las constituciones y las leyes determinan que las primeras tienen la obligación de garantizar la seguridad nacional y las segundas, la seguridad de los ciudadanos?
Primero, los crecientes problemas de violencia y delincuencia que afectan las áreas urbanas; segundo, la baja credibilidad que entre los ciudadanos y las autoridades tienen los distintos cuerpos policiales, que en algunos casos está por debajo del 20 por ciento e, inclusive, debajo del 10; tercero, la mezcla de problemas de seguridad nacional y de seguridad ciudadana en los ámbitos urbanos, como el caso del narcotráfico; y cuarto, la utilización de las fuerzas militares disponibles que quedaron sin tareas después de la finalización de la Guerra Fría.
La mayoría de estos motivos no rigen en Colombia. Sin embargo, se sigue utilizando a las Fuerzas Militares en labores de policía en las principales ciudades colombianas, a través de la vigilancia callejera, en controles de tránsito y retenes de seguridad, situación que confunde los ámbitos de acción de la Policía y de los militares y desconoce los preceptos constitucionales y legales que existen sobre la materia.
La presencia de miembros del Ejército Nacional en zonas comerciales, turísticas y en algunos barrios de las ciudades, no solo provoca sensación de inseguridad, sino que refleja la situación de conflicto armado inminente que vive el país y la urbanización del mismo.
Estas acciones son ineficientes frente al accionar de los grupos armados ilegales en las ciudades o frente al terrorismo, cuando lo que se requiere son eficientes labores de inteligencia, trabajo coordinado de investigación criminal entre las distintas instituciones de seguridad y justicia y una amplia participación de la población para detectar y denunciar posibles hechos que puedan afectar la seguridad de los ciudadanos y de las instituciones.
Hoy, cuando la Política de Seguridad Democrática ha avanzado en el control del territorio por parte del Estado y en la gobernabilidad y el consecuente fortalecimiento del Estado de Derecho, especialmente en las ciudades y sus entornos, se debería avanzar hacia el fortalecimiento democrático de las instituciones armadas, donde las Fuerzas Militares y la Policía cumplan las funciones constitucionales y legales que les corresponden.
Si queremos avanzar hacia una sociedad más civilista, donde la seguridad de los ciudadanos y del Estado tengan un verdadero sentido democrático, es necesario que cada una de las instituciones armadas asuma las funciones que le corresponde.
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Bienvenida la reconciliación del Ministro de Defensa y del Alcalde de Bogotá. Para el bien de la seguridad de la ciudad, es necesario que sigan trabajando en equipo complementando las dos visiones, lo que permitiría ejecutar una política pública integral, que vaya desde la prevención hasta la represión del delito. Es un buen momento para discutir el real aumento del pie de fuerza en la ciudad. Bogotá necesita, por lo menos, 18.000 policías profesionales para seguir mejorando su seguridad.
Hugo Acero Velásquez
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Fuente: Extraído del portal del diario El Tiempo
(https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/la-seguridad-ciudadana-y-los-militares_4465084-1)

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